Prólogo

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Tomar esa mano fría , delgada y suave me hizo recordar a ese verano caluroso, en dónde te vi por primera vez sentado en la banqueta de la facultad , dónde admiras el paisaje de los árboles que provocan una liguera brisa llevando así mi vista a esos ojos rojizos que tenías logrando así admirar tus labios de color melocotón que se veían tan pomposos provocando esa sensación de besarlos, tu piel en el cuál yo colocaría mis labios en tu espalda y con el  mínimo roze esperando a que se marquen , así tan grande era mi locura al ver tan ser magnífico dónde no me atrevería a decir más de ti porque tengo miedo de describir algo tan perfecto.

Una vez más pude verte y reconocer al amor de mi vida después de la muerte, puede que no esté en el mismo cuerpo y sea diferente a lo que ya me conocías, yo... Recuerdo y se que tendría que sostener tu mano con mucha fuerza pero el miedo que recorre en mi ser es aquél que me paraliza .

Le suplico a la vida que me reconozcas con mi tacto , tan solo quiero cerrar mis ojos y poder escuchar mi nombre de nuevo en tu boca, llamó a todo ser que exista para que de nuevo pueda entrar en tus recuerdos, tu aquél que me a llenado de hermosos momentos, tu activas mi locura en el cuál quiero envolver mis brazos al rededor de tu cintura, susurrar en tu oído que te amo , solo mírame y di mi nombre...

¿Eres tú Derlis?.

No Creo poder tenerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora