Único

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Ese día en especial era peculiar. Había firmado miles de papeles con contratos importantes para su trabajo, y culminó con éxito gracias a sus esfuerzos.

Como siempre, sus colegas alfas y betas y él, iban a cenar juntos aquel viernes en un restaurante en especial. ¿Por qué?

La comida era exquisita, el ambiente lujoso y agradable, la buena música, las omegas hermosas de dinero que cenaban ahí de igual manera, y sobre todo, era como una salida de amigos.

Coincidentemente todos solteros. Y no porque eran carentes de gracia, todo lo contrario. Sus agendas apretadas eran las culpables, no tenían ni un poco de espacio extra para darse el tiempo de conocer más gente.

El tema. Siempre iban a aquella mesa de siempre.

La que estaba al centro y era la más grande. El dueño del establecimiento ya hasta los conocía a todos, dándoles siempre la mejor atención y, les regalaba postres cada que terminaban de cenar. "Cortesía del chef"

Realmente era su establecimiento de comida favorito.

Y más, porque uno de los meseros del lugar era ese omega hermoso de tez blanca y cabellos negros oscuros.

Aproximadamente eran tres meses desde el inicio de aquel hábito entre sus compañeros de trabajo y él, y tres meses desde que conoció a ese lindo mesero.

No sabía ni su nombre ni de donde venía, mucho menos si su personalidad era así o era coquetería.

Tampoco si es que tenía pareja o si estaba hasta casado.

Solo sabía que conocer al menos su nombre le encantaría.

De inmediato. Hoy se piensa que la orden será extensa. Por algo he aumentado tu sueldo,Krittin.

—Sí, señor, no se preocupe, señor. —cortó la llamada para colocarse con prisa el delantal blanco que estaba en su casillero.

Se arregló los cabellos y fue a la cocina.

Minutos después percibió aquel olor que ya le era familiar.

Aquel olor a canela con miel. Combinado con otros olores fuertes y neutros, es decir, otros alfas y betas.

Y sus mejillas inconscientemente se tornaron rojas. Suspirando suavemente, tomó las cartillas, una bandeja con servilletas y cubiertos de plata, unas cuatro copas y una botella de vino viejo en medio.

Pooh krittin era un mesero ya con experiencia. Llevar todo aquello en una sola bandeja y en una mano, le era relativamente fácil. No por nada también era jefe de sección.

Con aquella caminata elegante y firme, se encaminó a la mesa, ya con todos aquellos empresariosmillonarios sentados alrededor de aquel mueble circunferencial.

Buenas noches, señores, bienvenidos a Nut's place. —usó un tono sofisticado al decir el nombre del restaurante en inglés.

Uh, la, la.

Colocó la bandeja en la mesa y con delicadeza, sacó una gran servilleta de tela de su cinturón especial y la colocó suavemente en la superficie.—Estamos para servirles. Pueden leer con paciencia la carta de hoy día.—en ágiles movimientos todos los instrumentos ya estaban repartidos en la mesa. Servilletas al medio, tenedores, cucharas, y el vino en medio de la mesa. Las copas vacías frente a cada persona.

Repartió las cartas y los alfas junto a betas comenzaron con su inspección. Todos maravillados como siempre por ese omega atractivo, y hábil a la hora de atenderlos, siempre educado, sumiso y no hablar de su dulce aroma.

El Mesero // PavelPoohDonde viven las historias. Descúbrelo ahora