Chapter 4

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Esta es una adaptación a la historia de Buttonupjuno.

Disfruten<3

Siempre había pensado que reencontrarse con Rebecca sería inevitable en algún punto de su vida. Solo que nunca pensó que lo haría en estas circunstancias, y que todo se sentiría tan bizarro.

Observó como la pelinegra la miraba aparentemente sin expresión, pero sus ojos brillaban de una forma que Freen no podía descifrar. Había pasado mucho tiempo y ya no eran las mismas chicas. Eran adultas, y al menos Freen quería comportarse como una, aunque la única persona a la que le había permitido destrozarle el corazón estuviese de pie justo frente a ella, con las manos dentro de esa bata blanca y usando ese mono quirúrgico que se amoldaba a su esbelto cuerpo.

Rebecca siempre fue alta y esbelta, y de alguna forma había tenido la esperanza de que luego de todos esos años hubiese perdido su belleza para poder sentirse mejor consigo misma. Pero eran solo pensamientos desesperados y poco reales. Estaba claro que estaba aún más hermosa que siete años atrás. Sus facciones se veían más maduras y ese aire misterioso seguía rodeándola. En algún momento creyó conocerla, creyó saber todos sus secretos... pero había estado equivocada.

—¿Estás bien?—Preguntó Rebecca con su voz ronca, acercándose. Freen no pudo evitar sonreír a medias.

—Claramente si lo estuviera, no estaría aquí—Rebecca levantó la comisura de su labio acercándose más, quedando justo al lado de la cama. Era algo que solía hacer siempre en lugar de sonreír y la castaña casi lo había extrañado.

Freen tuvo problemas para mirarla a la cara y solo pudo mirar al frente. Podía escuchar los latidos de su corazón desesperado dentro de su pecho, consciente de que la culpable de su dolor años atrás estaba cerca. El pobre debía estar asustado, a fin de cuentas aparentemente Rebecca era cardiocirujana e incluso podría tomarlo entre sus manos y estrujarlo si eso era lo que deseaba. Intentó decirle internamente que se calmara, que aún no sabían si eso iba a pasar.

—Lo siento, tienes razón—Su olor era el mismo de siempre y Freen se atrevió a girar la vista para mirarla—Cuéntame que ha pasado—Le pidió sacando un estetoscopio del bolsillo de su bata.

—Estaba dando una clase y en medio de la importancia del arte contemporáneo me desmayé—Rebecca la miró fijamente y luego ladeó la cabeza.

—Has estudiado arte—No era una pregunta y Freen lo sabía.

—Lo hice—Asintió—Veo que tú decidiste terminar tu carrera—Rebecca la miró a los ojos unos segundos y luego apartó la vista, como si no quisiera responder del todo esa pregunta, pero era bastante obvio.

—¿Has sentido cansancio últimamente?—Freen sintió de nuevo esa sensación extraña en su pecho, pero no sabía si era por estar allí con Rebecca hablando de sus síntomas y no de las cosas importantes como lo que había pasado siete años atrás, o por la afección que aparentemente ahora tenía.

—Un poco—Afirmó—Antes solía hacer una sesión completa de Tae Bo en el gimnasio. Ahora apenas llego a la mitad sin cansarme—Frunció el ceño. No había pensado en eso.

—Tae Bo ¿eh?—Levantó de nuevo la vista y la vio sonriendo a medias—Siempre odiaste el ejercicio físico.

—No es verdad—Se defendió y luego sonrió un poco. Era tan extraña toda esta situación—Habían cosas que no me molestaban en absoluto—La miró de reojo. Ambas sabían exactamente a qué cosas se refería. Notó que Lauren no la miraba y que parecía algo nerviosa. Eso la dejó complacida.

Younger Dreams; FreenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora