Capítulo VII: Mirada

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El de cabellos morados se encontraba dando una caminata en la noche, víctima de su rutina de dormir durante toda la tarde y ahora tener insomnio.
Cruzó unas cuadras hasta llegar a un bar, había gente afuera, fumando, bebiendo y riendo. Suplicó a Dios que no se encontrara con Bibi allí afuera, pero por desgracia...

—Qué horas de andar por aquí, mi amigo...—miró la azabache con curiosidad, alzando una ceja.

Sandy suspiró y sabía que sería idiota quedarse parado y callado frente a ella. No quería que lo intimidara.

—No podía dormir y vine a caminar por eso— habló sin dirigirle la mirada, tratando de mostrarse desinteresado.

—Umm, típico de ti... Recuerdo esas noches que salíamos por ese mismo problema, pero no puedo negar que la noche es muy hermosa— comentó sonriente, llevó una mano a su bolsillo buscando algo.

—¿Te quedaste sin chicles verdad?— aquella voz se fue acercando, mostrando a un chico de cabellos oscuros y un mechón tapando su ojo— toma, tonta.

Edgar pasó una caja de chicles a la azabache, quien le dedicó una sonrisa mostrando sus dientes y se metió un chicle a la boca, haciendo ese molesto sonido al mascar.

—Yo tendría que irme..., ya son la 1 am y es tard—fue interrumpido por Bibi, quien le jaló del brazo hacia adentro del lugar.

No podía creer que en ese mismo bar hubiese una discoteca, podía ver a tantos compañeros bailando y haciendo el ridículo borrachos. Se veía a lo lejos a El Primo bailando a lo mexicano con Poco y una Emz celosa detrás. También se veía a Janet y Colette molestando al Emo y entre muchos más.

—¿Qué es esto Bibi?

—Chico, solo disfruta— le guiñó un ojo y lo saco a bailar.

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—DIOS MÍO TICK, NO SABÍA QUE PODÍAS BEBER ASÍ— comentó exaltada y a las carcajadas la pirata.

—No te creas que soy un pan de Dios— el de cabello gris azulado tomó otro vaso y bebió todo.

Penny sintió un toque en su espalda y miró confusa, era Darryl quien le señaló hacia un lugar, estaban Sandy y Bibi bailando, algo extraño, parecía que estaban juntos otra vez pues la azabache tenía un comportamiento atrevido hacia él.

—Qué carajos...— mencionó entrecerrando los ojos para confirmar que eran ellos o solo era producto de su borrachera.

Sacó su celular y trató de filmarlos ya que estaba lleno de gente. Grababa mientras carcajeaba, juraba haber escuchado a Sandy decir que nunca volvería con ella y mucho menos volver a mirarla. Usaría ese video para molestarlo.

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—Sandy, no recordaba el color hermoso de tus ojos hasta ahora, son como el sol, tan brillantes y dorados— mencionó recargandose sobre el mencionado, no podía mantenerse en pie.

—Oye, estás borracha...

—Puede ser, no me importa — fijó su mirada en los ojos del pelimorado.

Ésta fue acercando su rostro hacia él, esperando algo...

—Lo siento, eso fue antes, tú y yo somos nada...—la apartó de un ligero empujón y se fue corriendo hacia la entrada, sabía que tenía que huir ahora o Bull le rompería el cuello.
Efectivamente, giró su mirada detrás suyo y ahí estaba Bull persiguiendolo y una Bibi enojada y ofendida a lo lejos. Corrió una cuadra y recordó que cerca estaba la casa de Nita y Leon, tenía un objetivo ahora.

𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐞𝐬 𝐬𝐨𝐥𝐨.《L e o n d y》PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora