En estos one shots el lector o lectora va ser el o la dominante de la relacion con los personajes.
Traduccioones en español!
Dom reader x Sub!characters!
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Derritiéndose aún más en el beso descuidado, tus manos recorren fervientemente el cuerpo de Chuuya con un gemido impaciente. Sentiste cada latido violentamente en tu garganta mientras te presionabas contra su pecho igualmente agitado, sin saborear nada más que vino tinto caro y cigarrillo en sus labios. Encaramado sobre sus caderas holgadas, lo sentiste apretar contra tu coño desnudo.
"No veo por qué tengo que ser yo el que esté atado", gimió Chuuya entre besos, su habla ligeramente confusa debido a la saliva que se acumulaba en el fondo de su garganta. "Ni siquiera puedo quitarme el chaleco", murmuró, sólo para ser ahogado por tu lengua deslizándose en su boca. Luego moviste una de tus manos hacia su chaleco y tiraste hacia abajo la línea de botones, liberándolos todos a la vez para revelar su camisa de vestir blanca debajo.
"No sé por qué usas tantas capas de ropa", murmuraste mientras te alejabas de sus labios y con las manos desabrochabas su otra camisa. La segunda vez fue mucho más lenta, con tus dedos pulsando cada botón al ritmo de tus rápidos besos que mancharon su mandíbula, cuello y clavícula. Rápidamente separaste su camisa y su chaleco para mostrar la mayor cantidad de piel posible hasta que no pudiste alejarlos más debido al cinturón que rodeaba sus muñecas.
Chuuya chasqueó la lengua, "¿Preferirías que no usara nada?" Hubo un momento de silencio antes de que usted se riera y él pusiera los ojos en blanco: "No importa, pregunta retórica".
"Te ves bien con estos, pero tardan demasiado en despegar", hiciste un puchero juguetonamente antes de que una pequeña sonrisa se extendiera por tu rostro. "Aunque no me quejaría si caminaras solo con la gargantilla y los guantes puestos".
Sonrojándose por tu comentario, Chuuya se burló mientras sus ojos se posaban sobre tu cuerpo y absorbían cada detalle, "Podría decir lo mismo de ti con tu diminuta falda y tus muslos".
"Definitivamente puedo hacer eso algún día", tarareaste antes de inclinarte para deslizar tus labios por su pecho. “Sin embargo, a cambio de eso… quiero probar algo”.
Con el rostro arrugado por la confusión, Chuuya te vio alejarte vertiginosamente de él y acercarte a uno de los cajones de tu cómoda. Te tomó casi unos segundos sacar lo que fuera del cajón y saltar de regreso a la cama donde tus rodillas rebotaron contra el colchón por la fuerza. “¡Tada! ¿Me dejarás probarlo, por favor? Presionaste tu mejilla izquierda contra su rodilla derecha con otro puchero.
Chuuya te miró con los ojos muy abiertos, desconcertado por tu petición.
"Seré gentil, lo prometo", te quejaste, meciéndose hacia adelante y hacia atrás sobre tus rodillas.
