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Japón, Tokio.
12:48 a.m

Sanji se encontraba archivando los documentos que le había entregado su jefe sobre los casos que aún quedaban por resolver, pero que ya tenían avances. Bostezaba mientras se reclinaba en su silla, pensando en voz alta.

-¡Vaya día agotador! Pero al menos tengo la satisfacción de saber que han avanzado mucho en estos casos. Ahora, solo queda...-.

De repente, el teléfono de Sanji sonó estruendosamente, interrumpiendo sus pensamientos. Al otro lado de la línea, una voz apurada le informaba sobre un nuevo desarrollo en uno de los casos más complicados que tenía entre manos, un nuevo crimen. Sanji sintió una mezcla de emoción y nerviosismo al escuchar la noticia, no por una muerte más, sino por poder participar en ello. Era la primera vez que se podía decir que necesitaban su ayuda para un caso.

Tomó nota de los detalles que le proporcionaron por teléfono y rápidamente se puso de pie. Sabía que este nuevo desarrollo requeriría su atención inmediata. Sin perder tiempo, recogió sus cosas y salió apresuradamente de la oficina, con la determinación de resolver este caso de una vez por todas. Mientras conducía por las concurridas calles de la ciudad, repasaba mentalmente todas las pistas que le habían otorgado mediante la llamada. Sabía que esta era su oportunidad de cerrar este caso y demostrar su valía como investigador, no de alguien que solo acomodaba documentos y daba informes, para eso no había estudiado.

Al llegar a la escena del crimen, Sanji se encontró con un panorama caótico. Los demás detectives y agentes estaban ocupados recabando pruebas y entrevistando testigos. Sanji se sumergió de inmediato en la investigación, analizando cada detalle con determinación y buscando cualquier indicio que pudiera llevarlo a la verdad. Mientras tanto, el reloj no dejaba de avanzar, recordándole que el tiempo estaba en su contra.

El cadáver se trataba de Doflamingo, un ahora ex ministro, alguien realmente desagradable fuera de las cámaras, era tan odiado por toda la región y nadie entendía cómo había ganado ese puesto, un ser realmente corrupto y desagradable. Tenía un gran corte en su pecho y espalda, la sangre estaba seca lo que daba a entender que el crimen había sido a sólo unas cuantas horas. 32 casos, los cuales todos tenían la misma muerte, fácil de encontrar aquellos cadáveres, ¿tal vez? Pero difícil de encontrar pistas o huellas del responsable. Muchos sospechaban de alguien en particular, Roronoa Zoro. Sin embargo, nadie había visto su cara, solo se le conocía por sus servicios y nada más. No había ni una pequeña información, todo estaba en blanco.

Sanji miró desde lejos lo que pasaba, pero no se le permitía pasar más allá de las cintas, ya que no le dieron el permiso, sin saber la razón. Su mirada se desvió repentinamente hacia un callejón con poca luz, donde notó a alguien mirando a lo lejos, pero en un abrir y cerrar de ojos ya no estaba. Rápidamente se encaminó a investigar de quién era la sombra que había visto y si seguía ahí, pero en cuanto llegó, ya no había nadie.

Seguro había visto mal y su vista lo había traicionado. Volvió con los demás, observando cómo todos hacían cosas importantes. Se sentía decepcionado de sí mismo al ver que en realidad nadie necesitaba su ayuda. Quitó esos pensamientos de su mente, no quería lastimarse con sus propias palabras.

Observó a Luffy a pocos metros de dónde estaba y se acercó a él sin decir una sola palabra, quedando a su lado.

-¿Eres nuevo en esto? -preguntó el oficial con una sonrisa en su rostro.

- Sí, pero parece que no me necesitaban.

- Solo espera, nunca sabes qué pasará después -dijo, para después alejarse de allí, yendo a conversar con otro oficial.

Sanji quedó pensativo ante la respuesta del contrario, solo esperó a que le dieran alguna tarea por hacer, algo que no ocurrió en ese momento.

Se estaba dirigiendo a su auto después de unos cuantos minutos de estar ahí haciendo prácticamente nada. Escuchó que a lo lejos lo llamaban, volteó a mirar hacia aquella dirección, era Dracule, su jefe, él le estaba haciendo una seña para que volviera. Y así hizo, se dirigió hacia él y le preguntó cortésmente para qué lo necesitaba. Este le contestó.

- Tengo una misión para ti.

- ¿De qué se trata? -respondió, aún sin poder creerlo.

- Te necesito como agente encubierto, los demás parecían aterrados cuando mencioné que era para la mafia japonesa. -decía su jefe mientras le restaba importancia a sus palabras, como si fuera lo más seguro del mundo.

Sanji lo pensó por unos cuantos segundos, la idea era peligrosa para él, pero a la vez, ¿emocionante? Sin dudarlo por más tiempo, dijo.

- Lo haré, pero ¿qué tiene que ver la mafia con esto?

- Encontramos indicios de que probablemente la mafia tenga que ver con esto. -Sin más que decir, se alejó sin dar explicaciones claras.

Una gran tarea para alguien como él, pero un gran camino hacia la verdad.

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No jeit, es la primera vez que
subo algo lulutubers. Espero les guste.

Próximamente más capítulos por si les gusta la historia, sería de mucha ayuda si dejan en los comentarios sus opiniones

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Tras la máscara del asesino: El detective y la oscuridad | ZoSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora