La Huella del Pasado

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Suena de fondo una botella rompiéndose.

Música y voces de fondo.

-Vamossssssssss.

-Je je je je je je -voces dicen en coro.

-Vamos a hacer que esta noche sea inolvidable. Después de todo, estamos en el mejor bar de la ciudad. ¡Salud!

-Salud.

Al día siguiente:

-Oh, qué dolor de cabeza. Ayer me pasé de tragos, pero sin duda fue una buena noche. Se parece a esa vez en el concierto de ese famoso cantante de una canción de TikTok. ¿Cuál era su nombre? -pensé.

Después de pensar eso, me levanté de mi cama en dirección a la cocina. Debía hidratarme, si no la jaqueca me mataría.

La habitación era un poco espaciosa. Cabía una cama doble junto con una mesa al lado de esta, una alfombra, la primera mitad negra y la otra blanca, casi como un yin-yang. Al frente, había una televisión apoyada en la pared, donde debajo se encontraba una mesa adicional con algunas fotos en un hermoso marco con acabados en madera. La primera, de su perro fallecido, Ra, era un perro común con pelaje negro, ojos cafés con unas curiosas marcas blancas debajo de estos, asimilando unas ojeras de color blanco; era de tamaño mediano. La segunda foto y la que estaba en el centro era una bonita foto de su graduación de universidad donde se encontraban amigos y familia. En esta también estaba Ra, pero en una versión más joven. La última foto era de una chica pelinegra, ojos azules como el cielo, una sonrisa que iluminaba el espacio haciendo la señal de paz, sin duda una hermosura. En la misma mesa había unas llaves de color negro con detalles rojos, con un llavero de una linda berenjena animada, un regalo de la chica de la foto. En la cocina: Me encontraba bebiendo un vaso de agua. Cuando acabó, lo dejé en el lavaplatos, que estaba vacío excepto por dicho vaso. Caminé hacia mi sala para descansar un poco antes de hacer el desayuno, cuando de repente sonó mi celular con el tono que había establecido, una canción pegajosa de TikTok. Recogí mi celular de mi cama y contesté.

-Hola Az -me dijeron desde la llamada.

-Hola, Tyler, ¿cómo amaneces?

-Bien cansado. Ayer fue muy divertido, especialmente cuando vomitaron en la mesa. Ja, ja, ja, ja.

-Lo fue, diría inolvidable.

-Si tú lo dices, amigo. Cambiando un poco de tema, ayer no te pude decir, pero ¿qué pasó con...?

-No quiero hablar de eso, me duele todavía. Ella era perfecta para mí, hermosa, inteligente, astuta, sarcástica, graciosa, y así me puedo quedar todo el día. No creo encontrar a alguien más.

-No digas eso, Az. Si quieres puedo...

-No, solo deja que el tiempo haga lo suyo, ¿está bien?

-Está bien.

-Tyler, gracias por la llamada. Voy a desayunar, quiero salir a tomar aire fresco. Luego te llamo, ¿vale?

-Ok, Az. Después de colgar, me quedo unos minutos mirando la foto de aquella chica pelinegra, cuya sonrisa era casi tan adictiva como la droga. Recuerdo la primera vez que hablé con ella. Siempre ha sido hermosa físicamente, con una actitud vibrante que era difícil ver apagada. Aunque tristemente, a veces se apagaba sin que yo pudiera hacer nada. La veía desde lejos; me llamaba la atención su manera de expresarse, era maravillosa. Aunque admito que yo era muy torpe. Después de eso, desvié mi mirada, cogí la foto con el marco, sacándola de este:

-Adiós -pronuncié en voz baja, mientras la botaba a la basura...


Divergencias en la UnidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora