Divergencias en la Unidad

Sombras del Pasado

Aquí tienes el borrador corregido:---La mañana se desliza con una calma engañosa. Az, después de la llamada con Tyler, se sumerge en el desayuno en su silencioso departamento. Luego de determinar, deja los platos sucios en el platero vacío. Las fotos en la mesa le observan con ojos fijos, y las llaves con el peculiar llavero de berenjena destellan un misterio no revelado; aquel que en un pasado era una especie de amuleto de buena suerte ahora se convirtió en un recordatorio de recuerdos que él quiere suprimir. Sin embargo, no puede deshacerse de él. Este representa una parte de él que está en lo más profundo de su psicología. Botar dicho objeto es equivalente a botar todas sus experiencias vividas a través de ese llavero. ¿O acaso solo son excusas para no afrontar las cosas importantes?Mientras se dirige a la puerta, una alarma resuena en su teléfono y captura su atención. "TAMADC" es lo único escrito en ella. Az frunce el ceño, tratando de recordar cuándo puso dicha alarma con un mensaje que solo él y otra persona entendían, con la cual ya no hay conexión.Caminando por las calles familiares, una sombra parece seguirle. Cuando se voltea, no hay nada más que el bullicio cotidiano. "¿Paranoia?" se pregunta, pero la sensación persiste.Al entrar en su cafetería favorita, un local común pero muy agradable y cómodo, le gusta por su simpleza y porque normalmente por las mañanas está vacío. La camarera, Maria, una mujer de 23 años con ojos cafés que transmiten una sensación de electricidad y un piercing en la nariz que resalta su belleza, le pregunta: "Hola Az, ¿cómo estás hoy? ¿Qué deseas comer?" con un tono suave y lento. Sin embargo, logra notar que debajo de eso está una gran felicidad. "Hola Maria, bien con un poco de hambre, quiero lo de siempre", dije mientras la miraba anotar en su libreta. Cuando estaba dispuesta a irse, le pregunté: "¿Hay alguna razón por la cual estás tan feliz?" Ella me responde con ironía: "¿Debería haber una razón?" me dijo mientras me miraba con unos ojos juguetones. "No lo sé, debería?" contrapregunté mientras poco a poco aparecía una pequeña sonrisa en sus labios. "Te lo contaré cuando vuelva con tu pedido, 'querido cliente'", dijo mientras se alejaba con una risa.