Capitulo IV

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La sala del trono estaba iluminada por las tenues luces de antorchas y candelabros, creando un ambiente mágico en la celebración de la llegada del Dios Ra. Raven, ataviada con su espléndido vestido y la corona negra, se movía entre los invitados, observando cada gesto y palabra con aguda atención.

Mientras disfrutaba de la música y los bailes, Damián se acercó a ella con una expresión intrigada.

– Raven, debemos hablar... Que es todo este cambio? Que te hizo cambiar. –la miraba con extrema cautela. Aunque Damian era conocido por ser el faraón más mujeriego de todo Egipto. Su actitud era completamente diferente, siendo alguien extremadamente calculador, astuto y que sabía cómo algo estaba fuera de lugar. Como en ese momento, miraba a su esposa de diferente manera.

Raven miró a Damián con una expresión seria. Conocía muy bien la personalidad de Damian. Por nada pertenecía al siglo XXI. Pero también se encontraba en una época en el que los chismes, secretos, traiciones y mentiras estaban en boca de todos y la información no era completamente privada. Sus expresiones no cambiaron, pero al igual que él; la cautela era lo más primordial.

Un sirviente se acercaba con una copa de vino y Raven la tomó para después tomar un sorbo de ella. Impresionando aún más a Damian.

– Puede que seas mi marido Damian, pero a partir de ahora las cosas no volverán a ser como antes. Y créeme tu ámbito de mujeriego va a cambiar. O quieres que yo también actúe como tú? – mencionó acercándose a él contoneando sus caderas.

Damián frunció el ceño. Quería decir alguna frase que pudiera ayudarlo a defenderse, pero por primera vez en su vida no tenía nada que decir contra aquello que Raven le dijo.

Después de haber dejado a Damian con la palabra en la boca. Se marchó de allí con la frente en alto. Al estar completamente alejada de la abarrotada gente que había en el gran salón, sintió como alguien la tocaba del hombro, volteo pensando que Damian volvía a molestarle, pero se encontró con la mirada sonriente del Dios Ra.

– mi señor, de verdad lo siento, es que creí que era... – no pudo terminar ya que el Dios la detuvo sabiendo lo que ella iba a decir.

–No tienes nada que explicarme querida. Pero esta vez quisiera saber el gran cambio que has pegado, te conozco desde que naciste y sé que tu eres o bueno eras una niña bastante tímida, que preferiría pasar desapercibida que buscar la atención... Y ni hablar de tus poderes. Quisiera una explicación pequeña... Y me lo contarás mientras damos un paseo – Después de decir eso puso su brazo para que Raven lo tomara.

Con dudas y con cautela, tomó el brazo del Dios y así empezaron a caminar

Raven asintió y aunque tenía que tomar precauciones sentía que podía confiar en esta persona. Lo primero que haría después de esto sería buscar información de que relación tenía la Raven de esta época con el Dios Ra.

Mientras caminaban ella tomó la decisión de contarle al Dios todo lo que había estado pasando. –Dios Ra, esto es más complicado de lo que parece. No solo he regresado en el tiempo, sino que también he descubierto oscuros secretos que amenazan nuestra existencia aquí –

Ra frunció el ceño. –¿Oscuros secretos? ¿A qué te refieres? –

Raven comenzó a relatarle la historia de la Raven de esa época, de como había llegado allí, el asesinato y la traición de Nefertiti. Mientras hablaba, la atención del Dios Ra estaba completamente centrada en ella, tratando de procesar la extraordinaria narrativa.

Al finalizar, El Dios Ra suspiró. –Entonces, ¿qué es lo que planeas hacer? Querida? –

Raven sonrió con determinación. – Por desgracia no podré confiar en muchas personas aquí, comenzando con Damian. Hay algo en él que aún no me transmite confianza. Y las hijas de la Raven de esta época, tengo entendido que tenían una buena relación, así que lo utilizaré a mi favor. Y necesitaré desentrañar las tramas en la corte, descubrir quién más está involucrado y asegurarnos de que esta familia esté a salvo. Pero también necesitaré tu ayuda, si usted me lo permite – preguntó mientras lo miraba a los ojos.

Él asintió solemnemente. – Estoy contigo, Raven. Si hay algo que pueda hacer para protegerte y a tus hijas, lo haré. –

Al saber que ya tenía un aliado para poder desenmascarar los secretos de este sitio, solo faltaba investigar más a fondo con respecto a los enemigos de Raven, aunque la Raven de esta época fuera tímida y no mantenía ninguna conexión con nadie, eso no significaba que pñno pudiera tener enemigos, la prueba era la misma Nefertiti.

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De vuelta en la sala del trono, la noticia sobre los poderes de Raven se había extendido, generando diversas reacciones entre los invitados. Algunos la miraban con admiración, otros con temor, pero todos reconocían que algo extraordinario estaba ocurriendo.

Isis y Cleopatra se acercaron a su madre con una mezcla de asombro y orgullo en sus rostros. – Madre, eso fue increíble. ¿Cómo aprendiste a usar esos poderes?– Preguntó Isis.

Raven les sonrió con ternura. Pero al no ser la verdadera madre de las princesas tenía que fingir serlo. Es decir, debía fingir ser la Raven de ese castillo –Mis poderes son una parte de mí que desconocía. Pero ahora, necesito que ambas estén alerta y cuiden a su familia.–

Mientras la celebración continuaba, las tensiones aumentaban en la corte. Revelaciones sorprendentes surgieron, y diálogos cargados de intrigas se desarrollaron entre los personajes secundarios que rodeaban a Raven y Damián.

En un rincón oscuro, una figura misteriosa observaba cada movimiento de Raven con ojos penetrantes. – La Faraona ha cambiado el juego, pero yo también tengo mis cartas que jugar –, susurró para sí mismo, insinuando que nuevos desafíos aguardaban en las sombras de este intrigante Antiguo Egipto alterado.

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⏰ Última actualización: Jan 19 ⏰

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Raven, La Verdadera y Ultima FaraonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora