Prologo

13 1 0
                                    

-¡Evan!¡Evan! Despierta, que la profe llega en cualquier momento.
-¿Eh?
-Justo a tiempo,  que ya viene la profe

La profesora justo en ese preciso momento llegó, la clase pasó sin ningún inconveniente hasta que la alarma de salida, rápidamente cogí mis cosas y salir corriendo junto con mis amigos.

Cuando todos llegamos a la puerta principal lo primero que algunos hicieron fue ir hacia sus casas, mientras que otros se iban a otros lugares como a la cafetería que había en la plaza o la biblioteca.
Después de estar todo el grupo reunido nos fuimos a la casa más cercana, en este caso la de mi amigo John, a jugar free fire o fornite.

-Evan, enseñame.
-¿A que?
-A jugar porque a ligar me iría peor de lo que ya me va.
-Ohhh, que buena ha sido esa Jack.
-Si si por lo menos no me meo encima cuando están a punto de besarme Johnatan- le contesté con cierto tono de burla y una sonrisa ladina en mi cara.-
-Uf, esa sí que me ha dolido hasta a mi.- contestó Jack riéndose.

Estuvimos jugando un rato más hasta que cumplimos casi todos los servidores que encontramos abiertos. Y empezamos a hablar de cosas triviales.

-¿Chicos, no tenéis hambre?
-John siempre estas con hambre.
-No, solo que necesito energía para estar con tu madre
-Ja ja, que gracioso.- contesté con una ironía visible.-
-Venga, ¿qué os parece pedir comida a domicilio?
-Vale, la misma de siempre.
-Claro.
-¿Os queréis quedar a dormir?
-Hace falta preguntarlo.
-Ehhh, chicos. Mientras vosotros estabais hablando os he aniquilado.
-John encerio que nos hemos entretenido porque para que Jack gané. Telita.
-Lo sé Evan, lo sé.- me contestó John.

Unos pocos minutos después el sonido del timbre nos alertó, haciéndonos entender que la pizza ya había llegado.

-Chicos, voy a coger la pizza. En la nevera hay coca y fanta. Pillarme una fanta de naranja.- pidió John.

Rápidamente cogimos lo que John nos pidió y nuestras bebidas, que eran una coca-cola y una fanta de limón. Todo fue sin ningún inconveniente, como siempre había chistes, malas palabras y muchísimas risas. Cuando acabamos salimos cada uno a su casa aunque solo fueran un par de edificios lo que nos separaban cada uno. Ya que nuestras casas forman un triángulo y en el centro queda la plaza.

El psiquiatrico HellwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora