Capitulo 1

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Estaba durmiendo plácidamente, cuando escuche el sonido de mi celular, por un momento pensé en cogerlo pero cuando vi de quien se trataba únicamente opté por dejarlo sonar hasta que mi ex novia, Annie, se cansará de llamarme.

Intenté con desesperación volver al maravilloso sueño que estaba teniendo antes de que Annie me llamara. Pero desgraciadamente ella no se cansó de llamarme.

Decidí colgar y bloquear a Annie ya que estaba seguro que intentaría volver incluso sabiendo que se que me puso los cuernos con Pedro, mi propio primo.

Cinco minutos después estaba decidido a quedar con Jack, para poder declarar lo que siento por él. Asi que decidi llamarlo para quedar con él.

-¡Hola Jack!

-Hola Evan, oye ahora estoy un poco ocupado, ¿hablamos luego?

-Solo es para ver si podías quedar dentro de 1 hora.

-Si, claro. ¿Pero podría ser en cinco minutos?

-Por mi bien pero ¿que no estabas ocupado?- pregunto escuchando ruidos raros por parte de Jack.-

-No, al final solo era un mandado que ya he hecho.

-Ok, nos vemos hasta ahora, o-si-to.

-¡Evan!- dijo Jac seguramente muy sonrojado al otro lado del teléfono.

Rápidamente me metí en la ducha para elegir finalmente unos tejanos azules rotos a conjunto de una sudadera negra, cabe recalcar que la sudadera era de mi equipo favorito de hockey.

Cuando salí de mi casa me dirigí al sitio de quedada que usualmente utilizamos, la librería. Como supuse Jack ya se encontraba adentro mirando nuevos libros para leer. Así que aproveche para entrar sin que se diera cuenta y abrazarlo por la cintura.

-¿Lo quieres?

-¿El que?-me pregunto Jack muy sonrojado por la posición en la que nos encontrabamos.-

-Obvio el libro.

-Ok.-

Fuimos a la caja para que pudiera comprarle el libro a Jack. Después salimos de la tienda y decidimos dar un paseo por las calles.

-¿Oye, has escuchado la maldición urbana tan famosa?

-¿De cuál hablas?-le pregunté a Jack.-

-La maldición de la habitación número 666 del hospital del pueblo.

-Tienes que estar delirante, eso es imposible. Es científicamente imposible, aunque la gente crea que es el número del diablo. Hay más que añadir que en este pueblo nunca pasa nada interesante.

-¿Si no es verdad por qué todas las personas que han estado en aquella habitación antes de morir han visto a gente muerta o escuchado lamentos de personas? Aunque la ciencia no lo demuestra pueden ocurrir cosas sobrenaturales en la vida, Evan.

-Si encuentras una razón protegida por la ciencia me lo cree pero si no es imposible, Jack.

-Vale, pero ten en cuenta que hay una posibilidad de que no sobreviva porque pocas personas han buscado razones y siguen vivos. Puede que me pase algo pero no hagas ninguna locura de las que usualmente haces, Evan.

-Venga Evan, sólo para que no crezca estas cosas raras tienes que intentar asustarme.

-Jack, por favor ten cuidado si ves cosas raras o una estrella dentro de un círculo.

-¿Por qué dices lo de la estrella en un círculo? ¿O cosas raras? Quiero una explicación Jack.

-La estrella dentro de un círculo es uno de los muchos símbolos que tiene Lucifer o Satanás.-

En ese momento los ojos de Jack empezaron a sangrar y su cuerpo cayó al suelo. Rápidamente voy hacia su cuerpo antes de que tocase el frío suelo. Estaba tan nervioso que intenté llamar pero me recordé que mi móvil estaba en mi casa cargándose. Instintivamente lo cargué mi espalda y corrí todo lo que mi cuerpo me dejaba.

En ese preciso momento me di cuenta de que lo que sentía por Evan no era sólo sentía por Jack no era una amistad sino que quería tener una relación amorosa con él, y aún más quería hacer las cursilerías que hacen las parejas como ir por el calle de las manos cogidas o pasar los fines de semanas juntos.

Cuando llegamos a la puerta del hospital rápidamente llegó un médico seguido de seis enfermeras con una camilla y lo metieron sobre ella. El médico y las enfermeras se lo llevaron menos un par de enfermeras que se quedaron conmigo, yo intentaba ir con él pero mi cuerpo no me respondió.

Las enfermeras me llevaron a una habitación aleatoria e hicieron preguntas sobre Jack para saber alergias u operaciones anteriores.

Eran alrededor de las tres y media de la madrugada y me dijeron que Evan se encontraba a salvo, pero como era tan tarde no podía ir hasta al menos las diez del mediodía.

Cuando las enfermeras se fueron, cogí con la mano izquierda el soporte de gotero que me metieron cuando me ingresaron unas horas atrás.

Rápidamente llegué a su habitación cuando me di cuenta de que era la habitación que tantos problemas nos había dado, sobre todo a mi Jack, esa maldición tan cruel como separar a dos personas que se desean mutuamente.

-¡Jack! ¡Jack! Despierta, por favor. No quiero perderte de nuevo. Este mundo no tiene sentido si tú no te encuentras en él.-

En ese momento cuando de mis ojos amenazaban salir lágrimas escuché una risa proveniente por parte de Jack que se encontraba sentado en su camilla de hospital.

-J, tranquilo estoy perfect.-

No le dejé terminar la frase que iba a decir ya que le besé como si no hubiera un mañana.

-Te deseo, te necesito, te amo Jack Walter.

-¿Espero que esto no sea un sueño? Jack por favor, no me digas que esto es una de tus bromas pesadas.-dijo con cara de cachorro abandonado, adorable ante mis ojos.-

-No lo es, Evan.-

Nos dimos otro beso pero esta vez empezó de forma coqueta, bonita y mágica pero se volvió un beso lleno de pasión y deseo.

-Jack.-vocifere intentando que a mis pulmones les entrase el aire que habían perdido por el maravilloso beso.-

-Evan.- dijo tan sonrojado que se le podría confundir fácilmente con una fresa.

En mi rostro apareció una sonrisa que reflejaba la felicidad que ahora mismo tenía.

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⏰ Última actualización: Apr 17 ⏰

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El psiquiatrico HellwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora