de mal en peor

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Enid

Un golpe seco se escuchó en toda la sala y yo callendo al suelo de rodillas cubriendo mi mejilla enrojecida

-te dije que tenía un trato con ese hombre, por tu culpa se tardará en hacer ese maldito trato- dijo mi madre empujandome con el pie más hasta el piso

-no soy un objeto que puedas vender madre, sigo siendo una persona, sigo siendo tú hija! -otro golpe aún más fuerte y en seco se volvió a escuchar está vez ví mi sangre salir de mi boca y nariz, mis lágrimas no dejaban de salir de mi rostro y mis mejillas rojas junto al líquido carmin salir de mi nariz era lo más llamativo de mi cara

2 horas antes

-buenas tardes, señores, sean bienvenidos, tomen asiento y pónganse cómodos, les ofrezco algo de tomar?- dije con una sonrisa cortés, no me querré vender pero sigo siendo amable por respeto y educación -muchas gracias con agua está bien - asentí ante ambos alfas con una sonrisa - en un momento sirven la comida- dirigí mi camino a la cocina y tomé dos vasos de agua y les puse un cubo de hielo volviendo a la sala -dice mi padre que ya pueden sentarse s la mesa si gustan- ambos asintieron y se dirigieron a la mesa.

Mi madre me había puesto junto al joven, la cena fue bastante tranquila, mi madre estuvo hablando de negocios y mis hermanos con el chico que por lo que escuche su nombre es Sebastian, mi padre y yo estuvimos en casi silencio solo cuando nos preguntaban algo hablábamos, al terminar la cena mis hermanos quisieron salir al patio por lo que Sebastian mis hermanos y yo estuvimos afuera, ellos jugaban con un frisbee mientras yo los veía, ví como el chico se alejaba y comenzó a caminar a mi, yo estaba sentada en una banca en el pórtico, el subió por la la barandilla y se sento en esta misma frente a mi

-enid cierto?- asentí con una ligera sonrisa -mi padre mencionó que tienes la misma edad que yo-

-alfa dijo lo mismo- sonreí y ambos terminamos en una pequeña risa contagiosa, tal vez no sea tan desagradable que ingenua -y dime ¿qué pasó para que estuvieras aquí?- pregunté curiosa

-mi padre insiste en que debo aprender el negocio familiar y seguir como el heredero de la empresa y dime quieres dar un paseo?- sonreí y asentí, ilusa

Nos dirigimos al bosque lentamente no muy lejos de casa -no puedo alejarme mucho y pronto oscurecera- hablé deteniendo mis pasos junto a un árbol

-dime el suéter que llevas puesto no es de alguien de tu familia verdad?- negué con la cabeza - no, es de alguien especial para mí- dije acomodandome el suéter y respirando su aroma

-tienes un alfa?- me sorprendió su pregunta -no, es de una amiga que es alfa- dije sonriendo, el me devolvió la sonrisa y se me acercó muy peligrosamente -me alegro que así sea-

Me tomo de la cintura y me plantó un beso sin previo aviso me tomo tan de sorpresa que no me moví hasta reaccione y termine empujando al chico -¡¿Que rayos te pasa?!- grité molesta por tal acción

-oh vamos nena se que también quieres- saque mis garras y colmillos amenazando al chico -no te me acerques asqueroso alfa no soy una mujer cualquiera- el chico sonrió y me tomó de ambas manos poniendome contra el árbol

-suelta me enfermo- trate de empujarlo pero de verdad era fuerte -no me toques- tomo ambas de mis manos con una de el y la otra la dirigió debajo de mi falda -¡NO!- tiré una patada dándole justo en su hombría -ni se te ocurra volverme a tocar o acercarte a mí- me solté de su agarre y salí corriendo en dirección a mi casa, cuando estuve lo suficiente cerca reduje la velocidad viendo a no tan lejos a mis hermanos ellos me vieron asustada y corrieron a mi dirección, cuando estuve más cerca de ellos me derrumbe en el pasto del jardín y rompí a llorar

Ojos color Cielo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora