Todo comenzó un 31 de Diciembre; la escoba no terminó su labor cuando el timbre sonó.
Recibía con pesar un nuevo día, fue entonces que al abrir la puerta, sus ojos me hipnotizaron.
Todo pasó muy rápido y muy lento a la vez, como una montaña rusa alta ..peligrosa.
Esa mirada oscura que jamás se va a borrar de mi designio a surgir un nuevo año .
Mi vida carecía de sentido, las horas se hacían pesadas, la somnolencia de mi cerebro me adormecía el corazón hasta aquel instante.
Aquella fracción de segundo cambió mi vida por completo.
Él con su altura predominante a la mía, yo con mi timidez.
Parecíamos el lobo con caperucita roja , la historia de amor más loca e increíble que puedo contar.