Aisha estaba sentada en la sala de su casa, en su sillón rojo aterciopelado, mientras la mujer sostenía una fotografía de un niño pequeño, «cómo desearía que regresara... Si tan solo eso no hubiera pasado...» de repente se pone a llorar, siente una tremenda culpa por lo que le pasó a su hijo, ella ya no tenía ganas de nada, no quería comer ni dormir, no quería levantarse de la cama, no quería ver la televisión, no quería nada, absolutamente nada, ni siquiera quería morir, ya no le importaba nada, ya no se arreglaba, ni siquiera sé molestaba en asearse, no tenía ganas ni siquiera de respirar, pues la depresión por la muerte de Axel la había alcanzado. De repente, en medio de su depresión, alcanzó a escuchar el timbre, a pesar de que la mujer no quería abrir la puerta, ese sonido agudo y constante la hartó, así que se paró, caminó hasta la puerta y la abrió, al hacerlo encontró un viejito alto, con manchas en la piel, usando un chaleco de rombos y un bastón para caminar -Hola, Aisha
-¿Qué viernes a hacer aquí, papá?
-Solo venía a ver cómo estás, tu mamá está preocupada por ti
-No te preocupes papá, estoy bien- respondió, a pesar de que sabía que eso no era cierto. -Escucha, sé que no estás bien, así que vine a decirte que tu mamá y yo vamos a mandarte a un psicólogo
-Papá, tengo veintisiete años, no necesito que decidan por mí
-Aisha, que tengas esa edad no significa que no podamos mandarte a tratamiento, soy tu padre, te conozco desde que naciste y sé que no estás bien, es por eso que tu madre y yo tomamos esta desición.
-Ahhhh, está bien - seguido de decir esto, cerró la puerta y regresó a su sillón, no tenía ganas de ir al psicólogo, porque no tenía ganas de nada «Quizás no sea taaan malo» pensó, intentando convencerse a sí misma de ir.Aisha no se había levantado de ese sillón desde el día anterior, no durmió nada y ni siquiera se molestó en intentar ocultar sus ojeras, traía exactamente la misma ropa del día anterior y también el mismo peinado, cuando escuchó una vez más el sonido molesto del timbre de su departamento, otra vez se paró y abrió, sólo para encontrarse otra vez con su papá -¿Lista para irnos?
-Supongo- dice, alzando los hombros -Pues no se diga más, vámonos- ella cerró la puerta, caminaron hasta el auto y se subieron, el padre como el chófer y Aisha como la copiloto, arrancaron y ella se queda viendo por la ventana «Ojalá y esto no tarde mucho» pensaba mientras miraba el paisaje que iba pasando, aunque solo eran edificios y más edificios, nada era diferente «¿Algún día esto terminará?» pensaba «Todos los edificios se ven iguales, supongo que con las personas es lo mismo... Ninguno es realmente diferente, todos son iguales para mí, a pesar de que antes pensaba que todos eran diferentes» -Ya llegamos
-Ah, ¿Es aquí?- Aisha pareció salir de sus pensamientos -Si, aquí es- ella bajó del coche, cerró la puerta y, acompañada de su papá, entró a un gran edificio, donde habían un montón de oficinas y consultorios.-Lamento informarle que tiene depresión- dijo la psicóloga -Tendré que mandarla con el médico después, por lo pronto por favor dígame más sobre Axel
-Me acuerdo muy bien de cuando lo tuve, fue cuando tenía veintitrés años... - de repente, un recuerdo muy vívido llegó a su mente -Fue una noche, más o menos el 26 de mayo...
"-Soy una mariposaaaaa- decía Luisa, mientras yo me reía -Siempre eres así cuando estás borracha, Lui- perdí el equilibrio y me agarré de una mesa, en una fiesta, con láser y humo, todo estaba muy oscuro, todos estaban tomando y fumando, todos allí teníamos más o menos la misma edad. De pronto llegó un hombre, de unos veinticinco años más o menos -Hola chica, ¿Cómo te llamas?
-Aisha
-Mucho gusto, ¿No quieres ir a bailar un poco?
-Claro que sí- le respondí, y fuimos a la pista de baile."después de eso fue que pasó todo.
- Ya veo... ¿Nunca volviste a ver al padre, verdad?
-No
-Debió de haber sido muy difícil criarlo tú sola... - se quedó en silencio un momento -Escucha, sé que lo que te voy a pedir es algo difícil... Pero necesito que me digas todo lo que puedas sobre la muerte de Axel... Es para poder trabajarlo mejor e intentar ayudarte a superarlo... Aunque está bien si no quieres.
-Está bien...
Todo pasó en agosto, el 17 de agosto para ser más exactos, yo le había dicho que no se acercara a la cocina...
"Van a venir tus abuelos" cuando pronuncié esas palabras, podía ver la felicidad en su cara, en verdad no pensé que le fuera a pasar nada malo "Solo te voy a pedir un favor, aléjate de la cocina", intenté avisarle, pues el calentador de agua de la cocina (ósea el boiler) estaba muy inestable, justamente por está razón nos bañábamos con agua fría y salíamos a comer fuera, porque ya desde un inicio tenía miedo de que...- Aisha cortó un momento, pues sin poder evitarlo, se puso a llorar, simplemente no podía hablar sobre eso, pues al intentar recordar lo sucedido, el pánico se apoderó de su mente, sentía como si fuera a escupir su corazón por la boca, su respiración se agitó cada vez más, mientras aquellas escenas se repetían una y otra vez en su cabeza, dando vueltas como un remolino "Cuidado" "No te acerques" "Mamá" "Axel, aléjate" esas palabras, junto con la imagen del cadáver de su hijo, pasaban por la mente de Aisha, todavía no podía procesar la muerte de su hijo.Aisha salió a la tienda, ella no quería, pero aún así su papá la obligó, estaba comprando lechugas en un Walmart expréss, aunque su mente seguía ocupada en aquellas imágenes que no dejaban de repetirse, «No puedo, ya no puedo más, todo esto es mi culpa» no pudo evitar soltar una lágrima, cayendo al piso de rodillas, cubriendo su cara, mientras sus piernas estaban en contacto con el duro y frío cemento. «No merezco vivir» pensaba, «¿Qué pasaría si muriera ahora mismo...?» miraba hacia el periférico, que estaba a 500 metros de ella «¿Y si... Me tiro de ahí?» ese pensamiento se apoderó de su mente, así que dejó sus compras tiradas en el pasillo seis del Walmart, salió de la tienda y caminó hasta el periférico, aunque en el proceso casi la atropellan varias veces, después de un rato de caminar, finalmente llegó al borde del segundo piso, todos se detuvieron para ver qué mierda estaba pasando, «porfín, todo esto terminará...» se detiene un momento para dejar caer unas lágrimas «Al fin veré de nuevo a Axel» Aisha se acercó aún más al borde, ya estaba lista para saltar, todos la estaban viendo, ya estaba a punto de tirarse, cuando de repente vio un pequeño destello morado, no le tomó mucha importancia, cerró los ojos y se lanzó al primer piso del periférico, cuando un coche la atrapó, era un coche morado que apareció de la nada, y adentro había una bola del mismo color, esa bola brillaba muy fuertemente, hasta que se empezó a agrietar...
Gracias por leer esto, si tiene algo de apoyo seguiré con la historia.
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Hija de las estrellas
FantasyUna mujer soltera de 27 años está intentando superar su depresión por la muerte de su hijo, cuando está a punto de acabar con todo, cae una estrella del cielo, transformándose en una niña, dando a la mujer la oportunidad de ser madre otra vez, ¿Podr...