NOTA: Este es un relato mío en la antología «Las desobedientes» de Editorial Lebrí.
Quise plasmar la realidad en México, la crueldad de los feminicidios. Espero que este relato los haga reflexionar sobre esta problemática.
También les comparto la portada del libro en físico, lo pueden adquirir directamente con Editorial Lebrí. ⬇️
https://www.lebri.com.mx/
¡Por favor, la quiero viva!
No existe un día más sombrío que aquel, el día que recibí la noticia desgarradora, una que jamás deseé escuchar. Puesto que ya no contemplaré esos párpados inquietos, ni tan solo una vez más, tampoco podré estrecharte en mis brazos y decirte por última vez cuánto te amo, lamentablemente eso nunca sucederá. Eres la niña de mis ojos, te arrebataron tus veintitantos años, me pregunto cuánta vida tenías detrás de esa firmeza, aborrezco el día y la hora de tu marcha al más allá.
Nunca volverás, jamás, eso queda claro, me causa suspiros encontrados, saberlo y reconocerlo, pero ofrezco este maldito dolor por aquellas personas que también han perdido a su hija por un feminicidio, lo que se esconde en la sociedad...
¡Qué pena vivo yo que tanto le amo! ¡Qué pena vivo yo que ya ha partido! ¿Qué hago yo para llevarla al descanso? ¿Cómo apagar esta llama de dolor? Que dejarla partir me sabe a horror. Es tan grande mi amor que desvivo. Esta llama de amor con que yo vivo, me hace vivir en designio y es tan grande mi amor como un abismo, mi paz no sabe lo mismo. Acaso, es la flama llamarada de mi desvivir, que a veces me dan ganas de huir, es mi martirio y mi designio ¡Qué cárcel y yerros más sucumbidos! Que dejarla reposar en su sepulcro me hace desvivir. Difícil me parece como acero que amarle me causa un dolor tan fiero.
Se suponía que nos encontraríamos para darte la bendición hacia tu jornada laboral y ahora tan solo siento la frialdad de tu cuerpo. No hay dolor más grande que la pérdida de un hijo, y yo perdí a mi criatura. Hay algo en el alma que retumba como un infierno en vida, vivo en mí la pena eterna, sé que nada me hará volver a sonreír.
No se borrará de mi memoria cuando eras la destacada y afamada mujer, no me cabía el orgullo dentro de mi pecho y ahora no me cabe la agonía. Mi niña era la galardonada, la mejor entre las mejores, luchando por los derechos de las mujeres y abriendo brecha. Ahora díganme quién romperá paradigmas machistas, si ya acabaron con ella.
En las notas periodísticas tan sólo informan que fue muerte accidental, cállenlos, quiero justicia por mi hija, a ella le arrebataron su vida por ser mujer, fue víctima de un feminicidio, yo lo sé y buscaré las pruebas necesarias para hacer que la justicia gane.
El criminal anda suelto, cuidado, es una bestia con máscara, ese que se hacía llamar mi yerno, ahora lo nombró como lo peor de la Creación misma. Quiero que ese asesino regrese con vida a mi criatura, a ella que vi nacer, crecer y partir. Este crimen atroz no tiene perdón.
Quisiera estar muerta, pero sé que este mundo me necesita para luchar por la justicia del fallecimiento de mi hija. Esa es mi única misión y es por ello que me levanto cada mañana. Soy la madre que se desvive en sí misma. Esas ojeras y arrugas se avecinan en mi rostro porque yo quiero a mi pequeña en mis brazos. Extrañarte se queda lejos de lo que palpita en mi alma, tengo sed de ti, muchas ansias de cantarte una canción antes de dormir y darte el beso de las buenas noches. Enloquezco por escuchar "mamá". Por favor, Dios, permíteme escuchar de nuevo su voz. ¡Ay, Dios mío! Mi niña, ¿por qué a ti? Un luto y dolor me acompañarán hasta mi tumba.
Nota: El día que escribí este relato me sentía muy triste por un suceso que marcó mi vida: falleció una mujer que era mi ejemplo a seguir, y decidí que tenía que plasmar en letras ese dolor. Y... Finamente aquí está.
La canción que me agitó los sentimientos más desgarradores del alma fue la siguiente:
🟠 ¿Qué otros relatos les gustarían que escribiera? Quedo atenta a sus comentarios. 🤗🥰🟠
Los quiero.
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El cuaderno de los relatos
General Fiction«¡Por favor, la quiero viva!», «Viuda jarocha», «Señora D' Él», «Boina roja», «El cadáver del astronauta», «Una mirada desnuda de amor».