⸺ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 Ⅰ ⸺

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La oscuridad de la noche era acompañada por una brillante luna llena que iluminaba los alrededores del palacio con algo de tenuedad. Los jardines del palacio estaban llenos de hermosos rosales y flores que le gustaban tanto como a la princesa y al príncipe. Las personas en el palacio se encontraban haciendo sus rutinas de noche. A lo lejos se podía ver una sombra que emerge de entre los rosales y comenzó a correr hacia los aposentes del príncipe con un stiletto en mano. El príncipe se encontraba preparándose para dormir, estaba tomando una taza de té ya que eso le relajaba y terminaba durmiendo profundamente. Se recostó en su cama con una ligera sonrisa y se tapo con sus cobijas, el stiletto corto con agilidad el seguro de la ventana y con sus guantes negros comenzó a abrir la ventana lentamente, el príncipe ni se inmuto por el ligero chillido de la ventana, cerro los ojos y comenzó a sentir como el sueño comenzaba a apoderarse de él. Aquella silueta se contorsiono levemente para caber por la circular ventana y comenzó a caminar con cuidado sobre el piso chirriante de madera. 

Los ojos de aquella silueta destellaron de un color rojo carmesí  mientras levantaba el stiletto sobre su arteria carótida y causando una herida mortal al príncipe. Saco el stiletto de la herida y una sonrisa sínica apareció en su rostro mientras contemplaba su obra maestra, se dio media vuelta y salió por aquella misma ventana, dejando a su paso una escena que le quitaría el aliento a cualquiera.

[...]

El sol comenzaba a salir desde el este y todo el personal del castillo Imperial ya estaban laborando. Una sirvienta iba camino a la habitación del príncipe Dion, llevaba en un pequeño carro el té favorito de su amo y unas cuantas galletas que le regalaba la cocinera del castillo. Se acercó a la puerta de la habitación y dio ligeros toque a la puerta, espero paciente a que el príncipe le respondiera un "Pasé" como siempre lo hacía, pero esta vez no hubo respuesta. 

Al no recibir respuesta, decidió entrar con la cabeza agachada. 

—Buen día, su alteza. —Hizo una pequeña reverencia mientras aún tenía la mirada en el suelo. —Me disculpo por las molestias, pero es hora de que despierte. —Dijo con la misma voz gentil que la caracterizaba. 

Levantó la mirada al no escuchar respuesta del príncipe y se armó de valor para acercarse a su cama. Tomo su hombro con cuidado y lo sacudió un poco. —Alteza, es hora de despertar. —Pero algo inusual llamo su atención de inmediato, unas manchas rojas entre las sábanas. Ella entro en desesperación y descubrió al príncipe por completo, sus ojos se llenaron de lágrimas al ver al príncipe con manchas de sangre en el pecho y cuello. 

Ella del susto calló al suelo y la desesperación comenzó a consumirla, se levantó con las piernas temblorosas. Soltó un grito desgarrador mientras corría a buscar al mayordomo para avisarle lo que había pasado con el joven príncipe, cuando lo diviso a lo lejos corrió aun más rápido y lo tomo de la mano con la respiración totalmente agitada. Suplicaba con el llanto apoderándose aún más de ella y lo comenzó a jalar hacía la habitación, en el camino más sirvientes se les unieron intrigados por lo que sucedía. 

—¡Traigan a la enfermera! —Algunos sirvientes estaban en shock total, los que aún estaban consientes salieron corriendo de la habitación del príncipe. El mayordomo trataba de hace reaccionar al príncipe mientras traían la ayuda, la sirvienta estaba tomando la otra mano del príncipe mientras lloraba.  

—¡Resista su Alteza! 

Las noticias volaban como aves por todo el imperio, todos ya se habían enterado de la muerte del príncipe pero no sabían las circunstancias por las que había muerto. Todo el imperio estaba de luto debido a las noticias, mucha gente le daba el pésame a la familia y hacían altares al príncipe "Dion Brith Exxes". 

 Las puertas del palacio fueron cerradas y la seguridad fue aumentada para proteger la única heredera. La familia imperial guardaba luto y los demás naciones fueron al imperio a mostrar sus condolencias, y se celebro una marcha por la nación en un recorrido lleno de lágrimas para rendir homenaje al difunto príncipe.

Mientras tanto en el palacio, se encontraba una joven princesa destrozada por la perdida de su hermano. El dolor de su perdida fue tan duro para ella que comenzó a afectar su salud emocional, cambiándola de una chica alegré y energética a una callada, reservada y con poco energía. 

—Su alteza. —Llamo una sirvienta por detrás de la puerta de la habitación de la ahora heredera al trono, los príncipes eran gemelo, tanto ella como su hermano podían heredar el trono, pero su hermano sería el principal heredero por ser varón. Pero al faltar él, el derecho al trono se volvió únicamente suyo. —Su alteza, puedo pasar. —Dijo la Mucama. 

—Quiero estar sola. —Contestó la princesa con la voz quebrada del tanto haber llorado. La mucama sin más opción entro en contra la orden que se le había dado y exclamo.

—No puede seguir recluida, señorita. —Trago algo de saliva. —Debe salir a tomar aire, será bueno para usted. —Comento su mucama siendo ella la que depositaba más confianza.

—No quiero. —Contestó Deya.—¿Por qué tenía que pasar esto? ¿Quién se atrevería a hacerle eso a mí hermano? —Dijo entre lagrimas. 

—No lo se, señorita. —Comentó la mucama. —Pero quien sea que haya hecho esto, tendrá que pagar las consecuencias. 

[...]

Las semanas pasaban y la heredera no salía de su habitación, no quería hablar con nadie en el palacio y mucho menos con sus padres, ella sabía que le propondrían algo que a ella no le gustaría. Su piel estaba pálida, tenía unas ojeras algo marcadas debido a las constantes pesadillas que tenia por las noches, lo único que aceptaba de afuera era la comida que le mandaba la chef. Su cuarto estaba oscuro y algo desordenado, su cama era todo un revoltijo de sabanas y cojines, había pedazos de papel arrugados por todo el alrededor de la cama y las telarañas del techo ya se habían marcado demasiado. 

—Encontrare quien te hizo esto, y lo haré pagar. —Su voz estaba ronca por los días que había llorado, su corazón estaba manchado de un rencor nunca antes visto. —Es una promesa, hermano mío. 



●【𝐅𝐢𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐜𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨】●


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⏰ Last updated: Jan 21 ⏰

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