Primera parte

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Han pasado ya diez años desde que Shen Qingqiu y Luo Binghe se casaron, en esos diez años, la mayor parte del tiempo ha sido Binghe pegado a Qingqiu peor que el pegamento aunque por supuesto, hay ocasiones en las que necesita hacerse cargo de asuntos políticos en el reino demonio y por ende su shizun ya sea que va a la biblioteca o al jardín a tomar té. No sé atrevía a salir del palacio porque la última vez que lo hizo y se tardó un poco, tuvo que pasar varias horas persuadiendo al llorón de Binghe y haciéndole entender que no se iría y que no lo había dejado.

Claramente Binghe no le prohíbe salir pero siempre y cuando sea con él, si quisiera salir en este momento se teme que Binghe descuidaría sus deberes como gobernador de los demonios y eso solo haría que Qingqiu se sienta culpable por lo que simplemente bebe un poco de té y Lee algunas novelas o mejor dicho, pequeños cuentos, relatos e historias.

No pasó mucho tiempo cuando Binghe regresó a su lado y recostó su cabeza en el regazo de Qingqiu el cuál siguió leyendo como si nada.

—¿Has terminado todo?

—Sí, todo está arreglado, si Shizun lo desea podemos regresar a la montaña Cang Qiong—dijo mientras frotaba suavemente su rostro en los suaves muslos de su amado.

—Puedes descansar primero y luego podemos regresar —aunque estaba leyendo el libro, no pudo evitar mirar al pequeño cachorro (nada pequeño en realidad) acurrucarse en su regazo, claramente cansado.

Binghe se rió un poco y aceptó descansar primero.

Partieron hacia la secta antes del anochecer y llegaron rápidamente.

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Era temprano en la mañana, Binghe se había despertado muy temprano pero aún no era la hora de preparar el desayuno por lo que se dispuso a observar a su preciado shizun durmiendo a su lado.

Lo abrazó tiernamente mientras acariciaba suavemente su cabello, no pudo evitar acercar su rostro al de su Shizun y dejar un pequeño beso en su frente, en su nariz, en sus mejillas y en su labios.

—Shizun, realmente te amo mucho —susurró.

Qingqiu quien fue molestado en medio de su sueño, frunció el seño y murmuró:

—Tan ruidoso, tan molesto —y sin embargo no se alejó sino que siguió durmiendo mientras disfrutaba secretamente.

Binghe sonrió levemente y se levantó de la cama, se lavó y se cambió de ropa para luego dirigirse a la cocina a prepara el desayuno.

No pasó mucho tiempo antes que Qingqiu se despertara por la ausencia de Binghe a su lado. Debía admitir que se ha acostumbrado a dormir únicamente con Binghe, enrollando y abrazando su cuerpo como un pulpo, sintiendo su calor corporal o incluso las pequeñas caricias que Binghe le da antes de dormir.

Después de lavarse y cambiarse de ropa, Binghe llegó a la habitación sostenido una bandeja con un delicioso y humeante desayuno.

En cada comida que tenían, Binghe era quien hablaba mucho de todo tipo de cosas e incluso las más triviales mientras que Qingqiu se disponía a escuchar o preguntaba algunas cosas referente al tema, muy rara vez era él quien tomaba la iniciativa de hablar.

—Por cierto, tengo una reunión con Yue-Shixiong, puedes venir si quieres —dijo Qingqiu después de terminar el último bocado del desayuno.

Binghe lo pensó por un momento pero se negó.

—No creo que sea necesario, esperaré a que shizun vuelva.

—Muy bien entonces, he terminado, me iré ahorita y volveré pronto —se levantó y estuvo a punto de irse cuando fue detenido.

Malentendidos entre tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora