Alana y Felipe eran el uno para el otro, la pareja perfecta, pero cuando a uno de ellos se le presenta la oportunidad de su vida, el otro no duda en sacrificar su felicidad por el otro, solo que dedicarse al mismo rubro era imposible que no encontra...
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14 de julio, 2019 Buenos Aires, Argentina
Era un viernes por la tarde, era tradición de Alana y Felipe todos los viernes quedarse en la casa de alguno de los dos y hacer maratón de películas de terror.
Y ese viernes no era la excepción, Alana estaba tocando la puerta de la casa de su novio, y quien le abrió fue Soledad, su madre, y luego de un saludo muy maternal con un beso en la mejilla incluido, le indicó que su hijo estaba en su habitación.
La joven se dirigió hacia esa habitación, se conocía de memoria el camino. Al entrar, se encontró con el chico acostado boca arriba con los ojos cerrados, ella sonrió y sin pensarlo se le tiró encima.
Él ni siquiera se inmutó, la había escuchado entrar y sabía que ella iba a hacer eso, así que simplemente sonrió sin abrir sus ojos y pasó sus brazos por su espalda baja.
- Hola Bonito - Le dijo Alana dándole un beso en la punta de la nariz
- Hola mi reina - Felipe abrió sus ojos y la empujó hacia su cara para darle un beso en la boca - ¿lista para la noche de películas?
- Solo si no intentas romperme la mano como la semana pasada - Felipe soltó una carcajada y ella se contagió, pero luego repentinamente tomó un impulso y dio una vuelta, haciendo que Alana quedase debajo de él, apoyó sus brazos a los lados de su cabeza y dejó todo su peso cargado ahí para no aplastar a la chica - ¡Felipe! - Exclamó tratando de sonar seria pero la sonrisa en su rostro lo impedía
Felipe se quedó mirándola en silencio, escaneando su cara y sacando fotografías mentales, aunque él pudiera incluso hacer un retrato de memoria de su rostro, pero quería guardar en su memoria ese brillo característico de sus ojos, y la curvatura que tenían sus labios al formar esa sonrisa que tanto amaba. Quería guardar eso en su memoria, pues lo que tenía planeado hacer la separaría de él.
- Che tenemos que hablar una cosa antes de todo - Dijo él quitándose de encima de ella y sentándose a su lado.
- ¿Que cosa? - Preguntó Alana sentándose frente a él, le había preocupado la seriedad en su voz y rostro
- Hablé con Alan sobre ti y España - La miró a la cara y se dio cuenta de el cambio drástico en su expresión
- Feli...
- ¿Por que no me habías dicho nada? Alana se supone que confiamos plenamente en el otro - La chica bajó la mirada y suspiró - Tenes que ir, tenes que aceptar Alana
- Ya tomé la decisión, y no pienso cambiar de idea
- ¿Es por lo que me dijo Alan? - Alana volvió a suspirar y se quedó en silencio - Alana
- Si, no me quiero alejar de vos, pero no es solo por eso, no quiero estar lejos de mi casa - Felipe negó con la cabeza y se levantó - Felipe respeta mi decisión
- Alana es tu oportunidad, podes cumplir tus sueños, estar en grandes proyectos - Fue el turno de Alana para negar - Si Alana, no voy a permitir que por mi culpa vos no hagas eso
- Yo soy quien decide sobre mi vida, y ya tome la decisión
- Tenemos que terminar entonces - Soltó Felipe y la chica se le quedó viendo con incredulidad
- ¿Que decís? Ya te dije que no me voy a ir - Felipe suspiró frustrado y Alana se puso de pie - Lo mismo que puedo lograr allá lo puedo lograr aquí
- No es lo mismo, allá tenes muchísimas más oportunidades, esa agencia tiene más contactos de los que podes encontrar acá - Ambos estaban al borde del llanto
- Feli, por favor
- Perdoname, Al, tenemos que terminar para podas ser lo que tú sueñas - Allí Alana soltó las lágrimas que estaba conteniendo
- Felipe, no - Él negó con la cabeza mientras una lágrima le corría por la mejilla
- Alana, terminamos - Ella negó y caminó hacia la puerta, claramente enojada
- Ándate a la mierda, Felipe - Dijo antes de salir y cerrar la puerta con fuerza.
Camino rápidamente por la casa para llegar a la puerta sin poder parar de llorar, llamando la atención de su ahora ex suegra.
- Lanita, ¿que pasó? - Se le acercó preocupada y ella negó con la cabeza
- Perdoname, Nini, me tengo que ir - Ella la esquivó rápidamente y se fue de la casa sin mirar atrás, en ese momento la mujer corrió hacia la habitación de su hijo y lo encontró sentado en el piso abrazando sus rodillas y llorando
- Pipe, hijo ¿que pasó? - Dijo arrodillándose a su lado y lo abrazó
- Hice lo que tuve que hacer mamá - Dijo aferrándose a su madre sin parar de llorar.
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Holiiii!! Aquí les traje lo primero de esta linda historia, que va a ser un poquito diferente a Destiny
