OO1

696 141 3
                                    

I

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


I.G.

Y cada maldito día me hacia la misma pregunta.

¿Había tomado la decisión correcta?

Y aunque en un principio estaba convencido de que si, había tomado la decisión correcta hoy lo dudaba demasiado.

Las cosas ya no eran como antes, tanto en la familia como en el negocio. Fernanda siempre fue una pieza clave para nosotros, fue quien siempre nos dios ánimos y buscaba a sus posibilidades hacer todo por nosotros.

— ¿Cómo siguen las cosas? — le pregunte a Alfredo y este negó lentamente.

— Mal, desde que don Rafa retiro a la gente de Fernanda nos esta yendo de la chingada. — se recargo sobre el respaldo de su silla y rasco su barba. — Los tratos se están viniendo abajo Iván, los socios quieren a Fernanda, los tratos los hicieron con ella, la quieren ver a ella. — ¿Qué carajos habíamos hecho? — ¿Cómo les decimos que esta muerta? Y que nosotros la vimos morir.

— Diciéndoles la verdad, que es una traidora. — conteste con enojo.

— Eso nunca lo pudiste comprobar Iván, y sabes que te apoyo, pero necesitamos hacer algo. — se removió en su silla y me miró. — Dice Vicente que Serafín está mal desde que ya no está Fernanda.

— Ya ni me digas Alfredo. — me recargue en mi silla. — No se si fue lo mejor. Gladys me tiene harto.

— Ni modo carnal, es la madre de tus hijos, no puedes hacer nada con eso. — me dio una mirada y salió de la casa.

¿Qué hice?

F.Z.

— ¿Cómo va todo? — le pregunte a Samuel apenas lo mire pasar la puerta de la casa.

– A nosotros nos está yendo de maravilla. — sonrió grande y beso mi cabello. — A los de Sinaloa se los está cargando la vrga. — se carcajeo y negué con una sonrisa divertida en la cara.

— ¿A poco les está yendo tan mal Samuelito? — pregunto mi tío Rafa llegando a la sala.

— Si, desde que retiramos la gente y los sacamos de nuestros laboratorios se los está llevando la chingada. Los socios quieren ver a Fernanda.

— ¿Y Serafín? El es el otro encargado de los negocios junto a Vicente. — pregunto mi tío encendiendo su cigarro

— Vicente esta tratando de hacer lo que puede, Serafín desde que paso lo que paso. — hizo una breve pausa y me miró. – Le vale madre, se dedica a gastar dinero que no tiene.

— Pues que bueno, que se los lleve la chingada y más haya. — dije yo y escuche la risa de mi tío.

— Uno nunca debe de desear el mal. — me miró. — Pero ojalá que se los cargue la flaca muy pronto.

— Pues si siguen sin responder a los socios créame que así será, y bueno, Fernanda quieren verte, quieren hablar algo de los tratos.

— ¿Donde y a qué hora? — pregunte mirándolo.

— En donde siempre, a las 8.

— Bien.

●●●

— ¿Todo bien? — me pregunto una vez salí.

— Sip, nada de que preocuparnos. — me acerque a él y me tomó por la cintura pegándome a su cuerpo

— Menos mal. — dijo y hundió su cara en mi cuello, empezó a repartir besos húmedos haciéndome soltar un pequeño suspiro. — La noche es larga, muuuy larga. — susurró en mi oído.

— Y tu tienes pendientes por resolver. — apreté su cara entre mis manos y negó.

— Eso puede esperar. — se volvió a esconder en mi cuello y me pego mucho más a mi cuerpo.

— ¿Le dices a tu jefa que el trabajo puede esperar? — pregunte divertida y asintió.

— Total, se lo recompenso en la cama. — me dio un pequeño beso y negué.

— Si te queda tiempo, vas, si no, hoy no será. — hizo un gesto molesto y negó.

— Son pequeñeces, nada que nos afecte. — murmuró.

— Ya dije Samy. — suspiro y me abrazo con fuerza. Me acerque a dejar un beso en su mejilla y me separe de él. — Esperemos te quede tiempo. — sonreí divertida.

— ¿Y mi beso? — pregunto indignado cuando me aleje de el.

Me volví a acercar lentamente y volteo la cara, dejé un largo beso en su cuello, dejando también mi labial en su piel.

Sello distintivo, es mío, de nadie más, me pertenece, y yo le pertenezco.

El único que entra en mi cama, el único que tiene el honor de sentir mi cuerpo sobre el suyo.

— Te vigilo Samuel. — murmure sobre su oído.

— Contigo esperándome en mi cama, créeme que no quiero nada más que no seas tu. — se aferro a mi cuerpo. — Tu gritando mi nombre.

 — Tu gritando mi nombre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🫣

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 03 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

• El Regreso •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora