PRÓLOGO

13 3 0
                                    


Las luces titilan en el suelo, creando una atmósfera inquietante que envuelve este lugar. Los murmullos acusatorios de la gente aún resuenan en mis oídos, responsabilizándome por las trágicas muertes. La noticia de su fallecimiento se ha difundido hoy, y los periodistas no cesan de interrogarme sobre si fui yo quien perpetró el acto o si tengo alguna responsabilidad en el suceso. Siento como si ya me hubieran juzgado y condenado públicamente por lo ocurrido hace apenas unas horas.

Si las miradas pudieran matar, ya estaría muerta. La gente no deja de susurrar y afirmar que todo es culpa mía, insinuando que, si no fuera por mí, aún estarían vivos. He escuchado a varios expresar frases como: "Con todas las oportunidades que les dieron y todo lo que les brindó. Ahora resulta que los mata" o "Los escuché gritar y acusarla de ladrona y mentirosa. No merece nada de lo que le han dado".

El agente Parker interviene: "Elisabeth, ¿qué pasó en esa casa? Si nos dices la verdad, podremos ayudarte y decirle al juez que has colaborado".

"No sé qué pasó. Lo único que sé es que yo no he tenido nada que ver", respondo seria, mirando a los ojos a los agentes. "No he matado a nadie".

"Por favor, Elisabeth, dinos lo que sea, lo que recuerdes. Porque si no nos ayudas, no sabremos qué hacer ni cómo resolver el caso", dice la agente Carter con voz dulce y serena.

"No sé qué decir. No recuerdo nada que pueda ayudarnos. Si pudiera hacer o decir algo, lo haría, pero..." me quedo callada, sin saber qué más decir, y me giro para ver a mi abogada, quien me responde con un asentimiento de cabeza, indicando que todo va bien.

"¿Los Dawson hicieron algo que no fuese habitual? Algo extraño que sea importante mencionar", intenta obtener información la agente Carter.

"No lo sé. Siempre tenían diferentes rutinas o cosas que hacer. Nunca era lo mismo, excepto las cosas que hacían los niños", respondo con una sonrisa.

"¿De verdad esperas que creamos que no te habías estudiado la rutina o que no te la supieras de memoria? Vivías en su casa, eras como otra de sus sirvientas", dice el agente Parker, enfadado, dando un golpe en la mesa que me hace saltar.

"Eso no es cierto", replico con enfado. "Los Dawson eran buenos conmigo, me trataban bien. En ningún momento hicieron nada que pudiese parecerme desagradable".

"No te creo", dice el agente Parker.

Los agentes intercambian miradas antes de que el agente Parker respire profundamente y continúe con su interrogatorio.

"Elisabeth, necesitamos toda la información que puedas proporcionar. ¿Hubo algo inusual, alguna discusión reciente, o notaste algún comportamiento extraño en los días previos al incidente?" pregunta Parker, buscando pistas que puedan arrojar luz sobre la situación.

Me esfuerzo por recordar cualquier detalle que pueda ayudar en la investigación, pero mi mente está nublada. "No hubo nada inusual, al menos no que yo haya notado. Los Dawson eran una familia normal, al menos eso creía".

La agente Carter adopta un tono comprensivo, "Elisabeth, si confías en nosotros y nos cuentas todo lo que sabes, podríamos ayudarte a esclarecer las cosas. Tal vez haya algo que no recuerdes en este momento, pero cualquier detalle, por pequeño que sea, podría ser crucial".

Mi abogada interviene con calma, "Elisabeth está dispuesta a cooperar, pero necesitamos asegurarnos de que sus derechos sean protegidos. No queremos que esta cooperación se vuelva en su contra".

Los agentes asienten, y después de algunos intercambios más, la entrevista llega a su fin. Me retiro, sintiendo el peso de la incertidumbre y el juicio público sobre mis hombros.

En los días que siguen, la presión mediática no disminuye. Los periodistas continúan acosándome, buscando titulares sensacionales y detalles jugosos. Mi abogada trabaja incansablemente para proteger mi imagen, pero el estigma persiste.

Mientras tanto, la investigación avanza lentamente. Los agentes revisan pruebas, interrogan a testigos y exploran posibles motivos detrás de la tragedia. En mi mente, resuena la idea de que algo no cuadra, de que hay piezas faltantes en este rompecabezas macabro.

La verdad parece estar enterrada bajo capas de especulación y acusaciones. Mientras espero, intento recordar cualquier detalle que pueda ser relevante. La respuesta a lo que sucedió aquella fatídica noche podría encontrarse en los recovecos de mi memoria, pero ¿seré capaz de descubrirla a tiempo?

¿Quién mató a los Dawson?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora