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Te diste la vuelta y viste a un hombre de 1,90 cm atrás tuyo, Satoru. Genial. Sono en tu cabeza con sarcasmo.
–Feliz cumpleaños.– Satoru hablo con un tono frio mientras usaba su poder maldito para impider que se moje.
–Me ire, te dejare con Suguru tranquilo.– te levantaste y apartarte el paraguas hacia Satoru para comenzar a irte.
Satoru con fuerza apretó el agarre del paraguas, frunció la nariz y apretó con fuerza sus dientes. –Me das asco.–
Te detuviste y quedaste con una mirada vacía.
–No eres capaz nisiquiera de intentarlo, ni de dirigirme sin si quiera la mirada.– Satoru se dio la vuelta para verte con los ojos miosis.
Te diste la vuelta con las manos en los bolsillos. –Dime algo nuevo.– sonreiste y miraste a los ojos a Satoru.
–Vete al carajo hija de puta... eres una perra sin vida que ni sabe que hacer con su cuerpo, apuesto que nisiquiera podras conseguir pareja o a alguien que te ame de verdad, no tienes rumbo en la vida.– Satoru te miro con furia.
–Escuche que todo lo que critiques se refleja en tus inseguridades.– mantuviste tu mirada a los ojos de Satoru. Tu maldición estaba fallando, no podías sentir el cuerpo de Suguru, tampoco la llegada de Satoru o lo que estaba sintiendo en este preciso momento, pero sabias que sería demasiado pesado.
Satoru agacho la mirada. –Lo hago por Suguru.. Me pidio que haga todo esto, porque si fuera por mi ya te hubiera mandado a la mierda...–
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–Oh Satoru cuantas mascaras traes detras tuyo? Acaso estoy conociendo la peor?– miraste con frialdad a Gojo. –Entonces vamos, hablemos y que Suguru descance en paz ante su peticion.–
