CAPÍTULO 1: ONE SHOT?

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¡Jadear!

Se despertó con un grito ahogado.

Rápidamente intentó sentarse en el frío suelo de un, ¿metro?, mientras trataba sin resultado de respirar.

Agarró su cabeza al jadear apresuradamente. No podía llevar suficiente aire a sus pulmones, por mucho que lo intentara. El inexplicable miedo dentro de él y el punzante dolor alrededor de su cuerpo era asfixiante. No importa lo que hiciera, no se detenía. Pequeñas chispas azules de probabilidad danzaban alrededor de su campo de visión mientras su cabeza zumbaba de dolor. Cuando estaba a punto de perder la conciencia escuchó como alguien se acercaba a su lado.

–¡Dokja!

Sintió como dos pequeñas manos agarraban y ahuecaban suavemente sus mejillas. Abrió un poco los ojos que en algún momento los había cerrado, tenía la vista borrosa por las lágrimas que salían sin control, aun así pudo notar como una chica trataba con cuidado de calmarlo mientras acariciaba su cabello y recitaba algunas palabras de consuelo. Era un toque cálido que extrañamente lo calmó.

Cuando finalmente pudo recuperar la compostura y dejar que su cuerpo se relajara, sintió como ella lo abrazaba fuertemente. Temblaba.

Confundido, levantó su mano y dio pequeñas palmaditas en su espalda, aunque abruptamente se detuvo después de sentir la piel desnuda de la mujer. Bajó la mirada casi entrando en pánico para ver si no había hecho nada estúpido y suspiró aliviado. Por suerte ella solo tenía un escote en la espalda de su vestido.

–Dokja, ¿está bien? ¿Necesitas que consiga algo?

–¿Qué?

Desorientado trató de mirarla fijamente pero terminó abriendo los ojos por la sorpresa. Lo primero que notó fueron sus grandes ojos color grisáceo que lo miraban preocupados, su cabello negro intenso y ondulado que estaba recogido en una pequeña coleta con un cordón azul marino pero algunos mechones caen en suaves y elegantes ondas alrededor de su rostro pálido. Sus rasgos faciales son definidos y tienen una apariencia occidental, con pómulos suaves con un rubor rosado y una mandíbula delicada.

Era hermosa...

Sintió como la mujer se alejaba de él, doblando las piernas sobre el suelo y se sentaba sobre las rodillas, recargando los glúteos sobre los talones. Miró fijamente y pudo notar mejor la vestimenta que llevaba puesta, y que dejaba ver mucho sus facciones.

Llevaba puesto un vestido negro chino, sin ningún diseño o estampado adicional que marcaba su esbelta figura y en su espalda tenía un gran escote que le llegaba hasta su pelvis, revelando su piel pálida y suave al tacto, y contrastando con el vestido. Tenía una abertura en ambas piernas, sujetadas y cerradas por cordones grises que se extendían desde su muslo, revelando un toque de sensualidad muy atrevido. Su cabello estaba recogido en una cola y su maquillaje era suave, pero el leve rubor rosada en sus pómulos y el labial rojo resaltaba su rostro occidental de una manera cautivadora.

Podía sentir como la sangre subía lentamente desde su cuello hasta su rostro.

Todo creaba un efecto visual muy elegante... y sensual.

Estuvo mirando durante mucho tiempo, hasta que escuchó una pequeña risita, levantó la mirada aún desconcertado por la vestimenta provocativa y vio como la mujer que lo observaba en silencio durante mucho tiempo se rió de él mientras ocultaba su rostro con la mano y trataba de aguantar la risa, obviamente fallando en eso.

'Mierda. ¡La miré durante mucho tiempo!'

Apartó la mirada avergonzado.

Si antes estaba avergonzado, ahora quería cavar un hueco y entrar en él.

Omniscient Reader - Another StoryWhere stories live. Discover now