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Dianna estaba terminando de hacer sus maletas para irse al aeropuerto para volar directo a Atlanta, con su abuela.

Lo necesitaba, necesitaba sentir esa felicidad otra vez, necesitaba sentirse querida de vuelta.

Dianna estaba apunto de subirse al avión cuando su madre la paró

Dinna, no tienes que irte cariño – su madre la miro–

Si tengo, es algo que necesito desde hace mucho tiempo Katherine. –respondió haciendo que su madre suspire–

Luego de despedirse de ella y su padre subió al avión, poniéndose del lado de la ventana y cerrando los ojos para poder descansar.

Al llegar, su abuela la estaba esperando en el aeropuerto con esa linda sonrisa que tenía, Dianna bajo del avión y corrió directo a ella.

¡Abuela! te extrañe tanto –dijo una vez soltándola–

— Mi dulce Dianna, te extrañe mucho más –contestó su abuela con su sonrisa–

Buscaron las cosas de Dianna y se dirigieron a su casa; Al llegar, nada había cambiado, estaba todo completamente igual. Su cuarto cuando se quedaba de su abuela, la sala, la cocina, el segundo piso, la sala de estar, todo.

Di' –llamo a dianna por su apodo– ¿No crees que los Walton quieran volver a verte? Digo, luego de tantos años tal vez se extrañen.

— ¿Los walton? –pensé– Oh, no lo sé..

— Escuche que tienen un gimnasio donde boxear

— ¿De verdad? Que bien abuela, tal vez los salude luego; Ahora solo quiero descansar.

— Claro mi niña, si te sientes cómoda al hacerlo hazlo, todo a su tiempo. –Dianna solo asintió y se acosto en su cama, necesitaba encontrar un lugar donde descargar toda esa energía que tenía acumulada, así que mañana iría a inscribirse en algún lugar para poder practicar nuevamente boxeo–

 –Dianna solo asintió y se acosto en su cama, necesitaba encontrar un lugar donde descargar toda esa energía que tenía acumulada, así que mañana iría a inscribirse en algún lugar para poder practicar nuevamente boxeo–

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Al día siguiente Dianna se levantó para desayunar junto a su abuela.

Buenos días Dianna, compré donas porque sé lo que tanto te gustan –saludo su abuela–

— Abuela, no te hubieras molestado.. Pero aún así muchas gracias.. –la miró–

— No es un problema para mi –contestó su abuela sonriéndole–

Al terminar de desayunar con su abuela Dianna decidió ir a saludar nuevamente a su segunda familia, los Walton.

Dianna cruzó la calle ya que la familia vivía frente a su abuela y tocó el timbre.

¡Mamá, están tocando! –se escuchó desde dentro de la casa, esa voz se le hacía bastante conocida–

— ¡Ya voy! –habló una mayor habiendo la puerta– ¿Di.. Dianna? ¿Eres tú cariño?

BOXING GIRL | Javon Wanna Walton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora