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Vainilla, coco y canela.
Estabas en la cama de actual novio, reposabas tu cabeza en la almohada la cual irradiaba su encantador aroma, una mezcla de vainilla y coco con un poco de canela.
Por otra parte, tu novio estaba completamente enfocado en su cuaderno y libro de biología.
Lo extrañabas, aunque estaban a menos de 3 metros de distancia ya había pasado una hora de que tu lo mirabas mientras escuchabas música y el, en lo suyo.
-- Kōshii.. --
-- Dime linda-- Dijo, sin despegar su cara de el presunto libro.
-- Cuanto te faltaa-- Dijiste, como niña pequeña.
-- Ya casi termino -- Giró un poco para poder apreciarte.
Hiciste cara de perrito triste, querías su atención, y el también quería la tuya.
Hace ya 20 minutos los pensamientos de pararse de la silla e ir junto a ti para que le llenes la cara de dulces besos lo invadía, y lo admitía, le encantaba... o mejor, le encantabas.
-- Creo que te entiendo-- Soltó una sonrisa, una de sus características sonrisas.
Empezó a guardar los lápices y bolígrafos en su respectivo lugar, y a guardar libros y cuadernos en su mochila.
-- Uhmm...¿No que casi terminabas? -- preguntaste juguetona, no insinuabas nada, solo te gustaba ver la reacción de Kōshi ante cosas que normalmente no dirías.
-- Uhmmm, si, pero el estudio puede esperar y... -- se dio la vuelta para observarte -- el estar contigo no lo puedo desperdiciar -- guiñó el ojo y siguió con lo suyo.
Con esas palabras y esa pequeña acción en tus pensamientos ya te derretías, te encantaba que fuera tan dulce y servicial te hacia sentir especial.
Para el eres especial.
No se demoró menos de 2 minutos en ir contigo y te abrazó.
Lo sentiste de nuevo, y, esta vez intensificado, esa mezcla de vainilla con coco y una pizca de canela.
Ese aroma era de el. El era el. Y el encantaba.
Puso su cara en tu cuello mientras tu acariciabas su pelo, ambos estaban agradecidos de tenerse, pero no lo comunicaban, eran concientes de ello.
Eran uno para el otro, como dos piezas que encajan perfecto. Y aunque saben que a futuro ambos han de tener percances.
El amor entre ustedesnunca se degradará.
-- Te amo -- dicen a la par y casi al instante sueltan una risa.
-- Estamos conectados --
-- ¿Tu crees? Dime en que estoy pensando --
-- Uhmm...- Te detuviste un momento a pensar - Voley? --
-- Equivocada! Estoy pensando en que tengo a la mejor novia de el mundo y a la mujer más linda de todo el universo dándome mimos en el pelo -- Dijo, provocó un sonrojo en tus mejillas -- Y para nada quiero que esa mujer me llene de besos ahora mismo --
-- ¿En serio? -- Dijiste, roja como granada intentando mantener la compostura -- Que afortunada debe ser esa mujer de tenerte, de seguro se aman mucho... ¿tu sabes en lo que estoy pensando yo? --
-- Uhmmm...¿ Tal vez en tu próximo examen? --
-- Equivocado, estoy pensando que tengo al mejor voleybolista de todo Japón al hombre más, guapo, sexy, lindo, dulce y tierno a mi lado -- Se sonrojó, mucho... ¿Lo llamaste sexy? -- y creo que le quiero llenar de besos ahora mismo.
Reíste, a lo cual el se te unió.
-- Tal vez estamos destinados a estar juntos --
-- ¿Tal vez?, bella lo estamos. --
Te "lanzaste" hacia el, lo cual hizo que tu quedaras encima de el, a lo cual se sorprendió.
-- Te ves hermosa así -- Seguía sonrojado.
-- Tu te ves hermoso de todas las maneras posibles -- empezaste a llenarle la cara de besos dulces y suave, besos en sus mejillas, frente y nariz, hasta que terminaste con uno en su boca.
Un beso como si hubiera sido el primero; un beso dulce que te transmitía millones de emociones, un beso lleno de pasión y amor a la misma vez.
Sentian la calidez de ese momento, como si el tiempo se detuviera, dejando solo espacio para la dulce conexión entre sus corazones.
El te agarro la cintura, no de manera sugerente- aunque si, no lo iba a negar, le encantaría estar lleno de placer siendo tu la provocante de aquel- si no de manera tierna.
Su tacto por parte de sus manos suaves y más grandes que las tuyas provocó un despertar en tu piel.
Siguieron así unos cuantos segundos, teniéndose y amándose; hasta que la falta de aire los tuvo que detener.
-- Me tienes loco --
-- Y tu me tienes en las nubes --
Tranquilamente te acurrucaste en su pecho y lo volviste a sentir.
Su aroma de vainilla, coco y canela.
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