Recuerdos

Juntos

La tripulación sabía que algo andaba mal con Shanks cuando torpemente empezó a tirar lo que estaba a su al rededor, cuando se le caían las cosas de la mano y él argumentaba que era simplemente porque estaba distraído. Por algunas semanas lo dejaron pasar ya que ese comportamiento no era constante sino esporádico, el capitán tenía apenas 41 años y siempre había gozado de excelente salud, quizás solo estaba más distraído que de costumbre. A pesar de que el pelirrojo se seguía excusando con que tenía muchas cosas en que pensar, la verdad es que poco a poco comenzaba a flaquear cada vez más. A veces se desorientaba, otras tantas los piratas tenían que recordarle más de una vez quien era cierta persona o donde se encontraba tal isla porque el capitán simple y sencillamente no lo recordaba.

Supieron que algo estaba realmente mal meses después cuando Shanks iba caminando por la cubierta del barco tropezó y cayó. No había absolutamente nada que le estorbara el paso y era muy reconocido por sus reflejos pero aún así, su cara estampó contra la mojada madera.

El pelirrojo se sentó sobre el piso que crujía y alzó su mano sobando su cara en el lugar que se había golpeado, quiso emitir un leve "No se preocupen, estoy bien" pero las palabras no salieron de esa manera de su boca, de hecho, dijo algo totalmente incomprensible, apenas si unos balbuceos, se dio cuenta de aquello solo por la expresión en los rostros de la tripulación, estaban desconcertados mientras le ayudaban a ponerse de pie y ciertamente el capitán también lo estaba, en su cabeza, las palabras salían tal cual cómo las quería decir pero el único sonido que emitía era de balbuceos incoherentes.

-Capitán, podríamos traer al mejor doctor para que lo atienda y si gusta podríamos buscar también a Mihawk con la vivre card que usted tiene, quizás le haría bien verlo - Sugirió uno de los tripulantes verdaderamente preocupado cuando el doctor del barco admitió que no sabía lo que tenía el pelirrojo.

Shanks los miró como si los piratas tuvieran 5 ojos y 6 brazos, totalmente confundido ante sus palabras.

-¿Quién es Mihawk? - Fueron las palabras coherentes que lograron salir de la boca del capitán después de intentarlo un par de veces. El pelirrojo realmente se sentía confundido ante aquel nombre, sabía que en algún lugar lo había escuchado y a juzgar por la cara de su tripulación, tenía que saber quién era pero no lograba darle una cara por más que lo intentara.

Los piratas se miraron entre sí, ahora más preocupados que nunca. Era imposible que Shanks no recordara al espadachín pelinegro con quien tenía encuentros cada cierto tiempo aunque era verdad que hacía poco más de un año y medio que no se veían debido a las ocupaciones que cada uno tenía en diversos lugares del inmenso mar, se habían visto una sola vez durante ese tiempo pero fue tan fugaz y breve que la visita apenas si duró un día, por lo que no contaba realmente.

-Voy por la vivre card, lleven al capitán a su habitación a que descanse y tome un té. No se preocupe capitán, vamos a resolver esto - Exclamó rápidamente Benn ante la cara todavía confundida del pelirrojo. Éste último presentía que algo estaba mal por cómo actuaban los demás con él y no hizo ningún intento de detenerlos cuando quisieron llevarlo a su habitación.

Tardaron meses en dar con Mihawk, principalmente porque se mantenía en constante movimiento todo el tiempo, esto debido a que el pelinegro tenía como encargo del gobierno dar con un pirata y capturarlo pero era exasperadamete resbaladizo y cuando estaba a punto de atraparlo se escapaba hasta que por fin logró darle captura y arrojarlo a manos de la Marina, ellos sabrían que hacer.

Una vez que se encontró libre de cualquier otra responsabilidad estúpida que le asignarán, decidió que se tomaría un respiro e iría en búsqueda de Shanks, como siempre hacía. Le sorprendió de sobremanera cuando la vivre card que tenía del pelirrojo apuntaba que se estaba acercando a él. En todos los años que llevaban juntos (Y si que eran muchos), el pirata muy rara vez le buscaba, siempre era él quien acudía a su barco. De cierta manera aquello generó inquietud y preocupación.