Thane
"¿Te importa si dejo la televisión encendida un rato?" Le pregunté a Zula mientras se metía bajo las sábanas.
Dormíamos en la misma cama desde que ella era pequeña, y cuanto más crecíamos, menos nos importaba compartirla o el dormitorio.
"Uh, no. Está bien", respondió ella, recostándose de lado frente a mí.
Estaba sentada en la cama, apoyada en la cabecera y con las piernas estiradas frente a mí.
"¿A dónde fueron tú y Reuben antes?" ella preguntó.
"No importa."
"A mí me parece así. Bonnie también se había ido".
"Suma dos y dos, Zula. No eres estúpida", murmuré, y efectivamente, una profunda arruga apareció entre sus cejas.
"Dios", murmuró, mirando el control remoto en mi mano. "¿Te acostaste con ella? ¿Reuben también?"
Asentí sin responder, porque eso no era necesario.
"¿Al mismo tiempo?"
Asentí de nuevo.
"Final."
"Míralo, Z. Sólo porque nos dejó follarla a los dos no significa que sea una puta", le advertí.
"Era una forma de hablar", respondió ella, poniendo los ojos en blanco. "Ella debería habérmelo dicho. Yo también se lo habría dicho si me hubiera acostado con su hermano".
"Sí, bueno, su hermano ya no está por aquí. De todos modos, eres demasiado joven para tener sexo".
Ella continuó mirándome y su ceño desapareció lentamente. "Bonnie también tiene dieciséis años", afirmó.
"Sí, pero Bonnie no es mi maldita hermana. No me importa la edad que tenga".
La miré a los ojos y sonreí, sabiendo cuánto odiaba no conseguir lo que quería.
Siempre ha sido así cuando se trata de cosas para adultos, pero no se dijo que mi hermanita no estaba lista para tener relaciones sexuales.
Simplemente no me gustaba saber que otros chicos se la habían follado, y a Wesson tampoco le gustaba eso.
"He tenido relaciones sexuales antes, ¿sabes?" Preguntó, sentándose y cruzando las piernas.
"Ojalá no hubieras tenido relaciones sexuales. Eres demasiado joven".
"¿Cuántos años tenías cuando tuviste tu primera vez?"
Me reí entre dientes, volviendo a mirar la televisión y tratando de encontrar una
Canal que valió la pena ver a esta hora de la noche.
"Edad suficiente."
"¿Cuántos años?"
"Jesús, Azula. Ya era lo suficientemente mayor. Duerme y deja de molestarme".
Vi su ceño reaparecer por el rabillo del ojo y, por muy seria que pareciera, no pude evitar sonreír y girarme para mirarla de nuevo.
"Deja de mirarme como si me odiaras", me reí entre dientes, pasando mi brazo alrededor de su cuello y tirando de ella hacia abajo para que apoyara su cabeza en mi regazo.
"Sabes que nunca podría odiarte. Sólo desearía que fueras tan abierto conmigo como yo lo soy contigo. También le cuentas todo a Wesson".
dijo, suspirando y mirándome.
Puse mi mano izquierda en su cintura y empujé la otra en su cabello, apartando los brillantes mechones rojos.
"Le cuento todo porque tiene edad suficiente para saber las cosas que hago cuando estoy con chicas. No quiero asustarte".
