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-¡Qué hermosa mañana, verdad!- No era una pregunta, era una maravillosa mañana de verano luego de ganar la copa del mundo. Argentina estaba animado, hasta abrir la puerta del supermercado le daba alegría.

China tenía la misma cara de orto que siempre, ayer casi rompieron los vidrios del almacén con los festejos. El nivel de robos aumentó por los festejos, China tuvo que ponerse en guardia mientras que Japón y Corea del Sur rompían los huevos con la manada reunida de argentinos alegres.

Lo admite, le pareció una maravilla ver a tanta gente feliz saltando, bailando y cantando. Compraron mucho y le sumaron dinero al bolsillo, pero varios intentaron robarle también. Se vio obligado a sacar la escopeta abajo de la caja registradora y baleó varios chorros.

-Fua, ¡Después de ganar el mundial tenes cara de orto!

-Yo no jugué en ningún mundial.- China acorta la charla hábilmente, saca el teléfono de su bolsillo y entra a su juego de Pou. Prefiere morir de aburrimiento cuidando a una papa alíen que aguantar al argentino.

-Sí yo gané vos también. Ahora sácate esa cara de orto y vamos a dar vueltas por la plaza.

——多么不堪的人(Qué hombre insoportable.) - Se dio la vuelta y murmuró en chino.

Argentina dio unos pasos y encaró a Japón, quien recién entraba al local con una caja llena de paquetes. Un detalle importante era que Japón llevaba puesta una camiseta de Argentina.

—¿No me está bardeando, no?—Le susurró la pregunta.

—Ni yo lo entendí.

-¡GANÉ, GANÉ!— Corea del norte gritaba feliz su "gran logro". En su aislada burbuja se hizo creer que él había sido el ganador del mundial Qatar a pesar de no haber participado.

Todos festejaban el logro del asiático, o eso pensaba él cuando ve a las personas festejar en las calles.

—Sí muy bien bombitas.— Argentina esta de tan buen humor que prefería dejarle la ilusión al descubridor de unicornios. Sí muy bien bombitas.- Argentina esta de tan buen humor que prefería dejarle la ilusión al descubridor de unicornios.

Los días habían pasado, y ahora China estaba aburrido tirado sobre el mostrador. La primavera había comenzado y el clima era una mierda semejante al invierno.

——多么无聊啊... (Qué aburrimiento...)- mencionó entre suspiros.

—¡HOLA, CHINITO DE MI CORAZÓN!— Entró Argentina dando un portazo..

China no tuvo ni tiempo a reaccionar cuando el país latino se le abalanzó y besó su mejilla, casi rozando la comisura de sus labios.

-¡¿QUE DIABLOS QUIELES?!

-¡Hacete querer, hijo de puta!- sin más, se acercó a abrazarlo, con tanta fuerza que casi hizo crujir sus huesos.

-¡Agh! ¡COLEA, SALVAME!.

-¡Agh! ¡COLEA, SALVAME!

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Lo del Chino -Chinarg-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora