Capítulo 12

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El silencio y la oscuridad envolvían con pesadez el hogar, la silueta que observaba hacía la luna con tristeza y hombros caídos pensaba en el porqué de los hecho.

No había algún argumento válido rondando en su cabeza, lo único que se le ocurriría era ser egoísta y guardarse aquel quejumbroso secreto en su corazón. Aún sabiendo que esto podría afectar de manera más dañina el corazón de ambos, quizás quebrándolos en el proceso de entregarse amor mutuamente.

La confianza no sería la misma, el fingir que todo estaba bien no haría que estuviera bien, el lo sabía y presentía que aquel secreto dañaría posiblemente lo que habían construido poco a poco, la confianza es algo tan difícil de ganar y tan fácil de perder.

— Tae — se hizo escuchar su voz entre el incómodo silencio y la pesadez de la oscuridad. — ¿Dónde estás? — pegunto encendiendo la luz, los ojos avellanados del joven muchacho observaron el cuerpo del más pálido con atención, buscando alguna indiferencia con la imagen que tiempo atrás había presenciado en el periódico, intentado engañarse asi mismo siendo así, totalmente en vano. — ¿Te encuentras bien Tae? Desde que llegaste haz actuado bastante raro, ¿ocurrió algo? — preguntó acercándose al más alto, intentando averiguar que ocurría.

Sin embargo, Taehyung sólo se quedó ahí parado observando con tristeza el rostro del pálido, buscando en su corazón una pequeña esperanza, buscando que toda aquella información fuese sólo una ilusión.

Pero no encontró nada...

La realidad era tan abrumadora, tan difícil de asimilar y tan dolorosa. Saber que la persona de quien se enamoró estaba comprometido con alguien más, que este chico frente a él tenía una vida hecha antes de llegar a sus brazos dolía y ardía en su pecho como el infierno.

— ¿Taehyung? — preguntó ya preocupado el pálido. — ¿Estás bien? ¿Ocurrió algo? — se acercó agarrando su rostro examinándolo, intentado averiguar que ocurría con el.

— No es nada — susurro con lágrimas acumulándose en su ojos.

Y sin más el primer sollozo salió de sus hermosos belfos, luego el segundo y así abrir paso a sin fin de lágrimas que brotaron de la dulzura de su mirada sin poder detenerse. Abrazando el frágil cuerpo del pálido, lloro y desahogo las penas de su corazón.

El pálido se encontraba aturdido y sorprendido por lo que ocurría, pero se abstuvo de realizar cualquier duda que surcara por su mente, simplemente se dedicó abrazar el cuerpo más esbelto y dejar que llorase lo que tenía que llorar.

— Todo esta bien Tae — susurro consolando el tibio cuerpo del más alto, causando que este sollozara más fuerte. — Estoy aquí contigo — murmuro acariciando de arriba abajo su espalda, como suelen hacer las madres con sus hijos, buscando la forma de consolar el triste corazón de Taehyung.

Taehyung sin esperar más decidió tomar el rostro del pálido y mirarlo fijamente, observando cada esquina de su rostro intentado grabarlo en su memoria para amarlo en silencio.

— Por favor — susurro cerca de su rostro. — Quédate conmigo — murmuro con labios temblorosos. — Por favor, no te vayas de mi lado nunca. — susurro besando tiernamente sus belfos.

Ambos se fundieron en un beso lleno de muchos sentimientos, uno lleno de confusión y el otro lleno de tristeza.

Sin embargo, ambos sabían que estaba hechos el uno para el otro, sus labios encajaban como dos piezas del rompecabezas que se unían perfectamente pero, Taehyung sabía que aquellos dulces labios no les pertenecían en absoluto.

Con ese pensamiento tomo con fuerza las caderas del pálido, aproximándolo más a su cuerpo, intentado sentir su calor y sentir que se encontraba allí con el. Buscando el perfecto pretexto de quedarse aunque sea por última vez a su lado, acariciando con delicadeza su cuerpo, fundiendo aquel perfecto beso en uno lleno de pasión, amor y tristeza.

Sacándose la ropa que parecía estorbar en el roce de sus cuerpos, procedió a bajar por su clavícula y así proceder hacia sus pequeños pero rosados pezones, sintiendo bajo su tacto como la piel pálida de Yoongi se erizaba tras la suaves caricias, y tras su lengua acariciar con dulzura el deleitoso brote de su pezon.

Gemidos se hizo escuchar en la sala.

Tumbándose en el frío piso, se colocó encima del más pálido y besó cada rincón de su piel, guardando y grabando cada esquina de su cuerpo en su mente, saboreando y disfrutando de la ardiente pasión.

— Tae — gimió Yoongi sosteniendo entre sus largos dedos las hebras de cabello del más alto, incorporando su cuerpo deseoso de más.

El más alto entendió la indirecta, porque sin más introdujo unos de sus dedos sobre el orificio apretado causando que varios gemidos se hicieran escuchar, amando cada sonido que el más pálido soltaba de sus dulces belfos.

Sus labios se posaron en los de Yoongi con tanta pasión y deseo, ambos sentían como sus lenguas jugaban entre sí, mientras los dedos del más alto penetraban su apretado orificio, causando que se volviera loco de tanta pasión. Su cuerpo ardía con lujuria, sus labios se apartaban de vez en cuando para gemir o buscar un poco de aire, ambos estaban perdidos en la dulce ambrosía de aquella pasión.

Yoongi tomó las manos de Taehyung, deteniendo el vaivén que se produjo en su orificio, tomando el control de la situación. Descendió hasta el pene erguido de Taehyung tomándolo entre sus manos y llevándolo hasta su boca haciendo que Taehyung gimiera fuerte de sorpresa y lujuria.

Sus ojos se posaron en el rostro de Yoongi con tanta lujuria, observando el dulce vaivén que este hacía con sus labios, chupando con dureza y firmeza su pene, lamiendo de arriba abajo con su lengua, haciendo que poco a poco la cordura se fuera desvaneciendo.

— Yoongi — gimió Taehyung, sintiendo cómo la poca cordura que le quedaba se iba.

Tomo a Yoongi entre sus brazos y lo colocó bajo su cuerpo, rozó su pene en la entrada del pálido y sin más penetró el dulce y apretado orificio, sintiendo un placentero apretamiento en su pene.

Gemidos llenos de ardiente pasión eran soltados por ambos debido a la ambrosía del vaivén de las penetraciones, las que al principio fueron suaves aumentaban según mas ardiente era la pasión.

Sus cuerpo calientes se rozaban entre sí, sintiendo lo más placentero del infierno y del cielo. Aquello no se podía describir con palabras bonitas, ni palabras sucias, sólo sabían que era su perdición y su salvación.

Ambos llegaron al cielo y tocaron el infierno en cada penetración, haciendo así que el clímax los alcanzara con furia, envolviéndolos en un triste comienzo de lo que sería sus perdiciones.

Con la mentira se puede llegar muy lejos, pero lo que no puedes es volver....

Con la mentira se puede llegar muy lejos, pero lo que no puedes es volver

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⏰ Última actualización: Jan 25 ⏰

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Un Amor Inesperado. (YOONTAEGI) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora