𝗠𝗮𝗻𝗷𝗶𝗿𝗼 𝗦𝗮𝗻𝗼 [ 𝗧𝘄! ]

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Era mitad de primavera, el sol estaba radiante, el cielo despejado, y las aves cantaban con alegría, provocando una hermosa y perfecta mañana.

Dentro de una tienda de víveres, se encontraba un par de amigos, ambos rubios cuál sol fuesen, mientras uno venía “malhumorado", el otro hacía pucheros adorables y uno que otro mini berrinche.

—Mikey ya ve por las jodidas fresas.

A regañadientes Mikey se dirigió a la zona de frutas del súper mercado, mientras que el otro rubio compraba otras cosas. El chico agarro una cajita cualquiera ya que a su opinión todas eran iguales, hasta que una chica lo interrumpió.

—Oye esas no han de estar dulces, deberías mejor llevarte estás —Hablo con una suave sonrisa mientras extendía otra caja de fresas.

— ¿Enserio? Yo las veo todas iguales, pero muchas gracias —Tomo la caja que le ofrecía aquella misteriosa chica y dejo la otra en su lugar, a decir verdad la joven era muy linda.

—¿¡Qué?!, Claro que no son iguales, mira estás están tienen un color rojo más brillante, para detectar una buena fresa, no tiene que estar maltratada, aparte no puede tener tonos verdosos, ni amarillos — Explico con tranquilidad, siendo honestos Mikey no era muy bueno con las frutas ni nada de eso, solo con los dulces.

—Vaya, si que sabes mucho sobre las fresas — Dijo acercando demasiado su cara a la chica, ella solo se alejo un poco mientras sus mejillas se teñian de un rojo suave.

—Bueno me tengo que retirar, hasta luego em.

—Manjiro, Manjiro Sano pero dime Mikey — Explico sonriente.

— Hasta pronto Mikey —Esbozo una sonrisa y se retiró, dejando una sensación extraña en el pecho del joven, que no sabía identificar.

Habían pasado ya varios días y el rubio no podía sacarse de la mente a la chica de las fresas, ya había ido varias veces a ese supermercado pero nunca lograba dar con ella, las semanas pasaron con lentitud para Manjiro, el anhelaba verte una vez más y poder hablar más contigo, quería descifrar ese sentimiento que surgió esa vez en su pecho al estar cerca de ti.

Y por fin había logrado dar contigo, se dió cuenta accidentalmente que estudiabas en la misma secundaria que Takemichi, te vio tan radiante, tu andar lo deslumbraba, tu cabello se movía suavemente con el aire y tú falda imitaba el movimiento, eras divina y perfecta ante sus ojos, no dudo en acercarse a ti, sin embargo se sentía nervioso y ni el entendía por qué se sentía así.

Se poso detrás de ti y pronuncio un pequeño "buu", cosa que te hizo dar un mini brinco, una carcajada salió del chico, preguntando si de verdad te había asustado, con nervios a sentiste, no lo recordabas, sin embargo te hablaba con tanta confianza que era seguro que te habías olvidado de su existencia y te hacía sentir un poco culpable eso.

—Y dime chica de las fresas, ¿Cómo te llamas? Esa vez te fuiste y ya no pude preguntar — Con razón su cara te sonaba, era el chico del súper, sentiste tus mejillas calentarse por la vergüenza por dicho apodo.

— Soy ____, ____ koratesu —Una sonrisa coqueta se asomo de los labios del chico , mientras te alogiaba por tan hermoso nombre y a la vez tan peculiar, preguntando si era extranjero.

Estuvieron hablando un buen rato y el chico se ofreció a llevarte a casa, por haberte entretenido, aceptaste gustosa, vaya sorpresa te llevaste al ver su moto, sin embargo te subiste con emoción, amabas las motos y deseabas poder comprarte una algún día.

Ese día surgió una bonita amistad entre ambos jóvenes, la cuál acabaría en algo más y sin que tú te dieras cuenta de eso; lamentablemente seria algo peligroso, digamos que Mikey no tenía todos los tornillos donde deberían de estar.

Yandere Boys PsicopatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora