capitulo 5 Consecuencias

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CAPITULO 5: CONSECUENCIAS

Sarada se sentía incomoda…

Los últimos meses sus pequeños problemas se habían intensificado a un nivel no esperado. Su trabajo iba bien, entrenaba duro y a pesar de todo, tenía tiempo libre para dedicar a su relación con Bolt. Sin embargo, en cuestiones familiares estaba teniendo más problemas de que se costumbre.

Desde muy pequeña, había entendido que su padre no sería el típico hombre de la casa, como si sucedía en casi todas las familias. Su madre la había criado prácticamente en soledad, y solo cuando egresó de la academia ninja, de tanto en tanto Sasuke Uchiha se dignaba a oficiar como padre, más interesado en las actitudes ninjas de su hija y en cualquier otro aspecto.

Cuando regresaba a la aldea, (la menor cantidad de tiempo en relación con sus viajes) Sasuke había entrenado a su hija sobre todo en las cuestiones del sharingan. Sarada se había sentido muy feliz, cuando a los 10 años despertó su herencia. Pensaba, y hasta el momento se había equivocado, que esto uniría definitivamente a su familia. Pero Sasuke no sabía lo que significaba ser padre o marido. Y había dado muestras cabales además, de no estar interesado en aprender tampoco.

Sarada además, cuando ya tuvo como 12 años, pudo comenzar a notar la tristeza de su madre. Sakura había hecho todo lo posible por ocultarlo, pero su hija captaba cada vez más definido la mala relación entre sus padres. Incluso, se preguntaba si hubo un tiempo mejor cuando fue una recién nacida. Porqué lo relativo a ser cercanos, apenas si se podía explicar que ella no hubiese nacido sin una técnica de generación espontánea.

A los 15 años, todas las Kunoichi recibían lecciones prácticas y/o teóricas sobre sexo y seducción. El arma más peligrosa de las mujeres, era su capacidad para doblegar la voluntad de sus objetivos, mucho antes de pensar en un combate. Sarada, conocía que su sharingan podía oficiar como un amplificador de su seducción. Meter en un sutil Genjutsu a su objetivo, para hacerlo desearla con demasiada intensidad, como para negarse a morir. Recibió valiosas lecciones, pero también tuvo que soportar la amargura de descubrir un nuevo mundo en el interior de su casa.

Su padre y su madre, no se entendían. Él era un hombre, cuya necesidad por el sexo opuesto parecía prácticamente nula. Ella era una mujer muy apasionada, que curiosamente veía coartado su verdadero ser, cuando el marido se encontraba cerca. Sarada había notado que su madre, reía y hablaba mucho más efusivamente cuando su padre no se encontraba en Konoha. No era que no lo quisiera, tampoco que no lo extrañara. Simplemente su personalidad real, se veía intimidada por la presencia de Sasuke Uchiha. Por vaya uno a saber qué asunto, en la mente en la Kunoichi médico.

Poco a poco, Sarada comenzó a notar que las rabietas de su madre, eran directamente proporcionales a las noches donde no veía sus deseos satisfacerse. Sarada sospechaba, entre datos de sus lecciones y lectura de gestos, que el padre no cumplía con el nivel sexual de expectativa que la pelirosa mujer había tenido. Ergo, al día siguiente Sakura tenía un ánimo del infierno. Y para variar, Sasuke lo arreglaba todo muy fácil. Simplemente armaba su mochila, juntaba sus provisiones y se marchaba durante meses lejos del hogar.

Sin embargo, una situación pareció querer voltear la rutina. Y para nada mejoraría la situación con ese cambio. Sarada y Bolt, conociéndose desde antes de la academia. Comenzaron a verse como mucho más que simples amigos. Fue inevitable. Bolt era guapo, valiente y muy atento con ella. Tenía una extraña mescla de frialdad en sus movimientos, y seguridad en sus pasos. Con ese carácter volcánico que surgía de su alma, como explosión del infierno. Además, era el hijo del Hokage y todas las chicas morían literalmente por ganarse su corazón.

Sarada no sabía cómo expresarle lo que estaba sintiendo. Tenía miedo a su rechazo, tenía miedo a perder no solo al chico que le gustaba, sino también al amigo que sería siempre. Entonces, en una medida desesperada, intentó usar su sharingan sobre Bolt para ayudar a seducirlo. Sin embargo, el resultado no fue para nada esperado. El rubio se dio cuenta enseguida, aunque Sarada no sabía cómo, y le sonrió divertido. Habían terminado de entrenar en un campo alejado, y se disponían a descansar un rato cuando ella intentó su maniobra:

Tierra de Traidores By Arminyus Donde viven las historias. Descúbrelo ahora