Buenas noches, mi nombre es Manuel Marrero, estoy sentado en mi silla, en mi cuarto, azul, son las once y ocho minutos de la noche en Venezuela, mi país natal, me pregunto justo en este momento ¿ por qué escribo esto? Te explicaré brevemente.
Desde hace algunos años intento escribir una historia, una historia que hable por mí, más no de mi persona, pero no lo consigo; el primer intento ya no lo recuerdo, uno de los siguientes me hizo reaccionar. Lo escribía en un cuaderno que había comprado especialmente para ello, era una historia de fantasía cargada de ciencia ficción y sorpresas, muchas sorpresas, pero al poco tiempo me cansé, la volví a dejar y de nuevo la retomé. Entonces me di cuenta de que algo hacía mal, debía escribir para mí y para nadie más.
Por eso este es mi siguiente intento, pero esta vez yo soy el protagonista, yo me rindo ante la impredecibilidad de la vida y mi respondabilidad como comumicador y te entrego mi más preciado secreto : mi imaginación.
En este relato confio mi persona a un mundo ageno a los demás, busco encontrar quién soy a través de lo que mi cuerpo proporciona, para crear mi propio sistema, un mundo al que si pertenezo, donde doy mi opinión, y me siento útil. Huyo de la locura pero no puedo, voces en mi mente me obligan a hacer esto, y te juro que no pienso mucho lo que digo, sólo troto hacia un caja de paredes blancas donde poder pensar, pero escaleras siguen apareciendo en el suelo, y desorden en mi cuarto, dame la mano y busquemos porque no pertenezco a el mundo real y porque sigo viviendo en un sueño.