Casualidades.
Situaciones en la cuál no hay nada previsto anteriormente y que por consiguiente dichas situaciones no pueden ser evitadas.La verdad me parece una tontería, nada pasa solo porque si, siempre existe una razón para todo. Ese ha Sido mi pensamiento siempre, por eso, creo y afirmó que el estar a punto de tirarme de un puente y suicidarme y acabar con todo, no es una casualidad. Lo que si parece serlo es el hecho de que a 5 metros de mi hay una persona que parece tener la misma idea de saltar de este viejo y abandonado puente. Me quedo pensando un rato mientras lo observo mirando hacia el bosque sin ninguna expresión en su rostro. Ahora que lo pienso esto parece una de esas casualidades que tanto odio o quizás una coin....
—coincidencia— La voz del chico me saca de mis pensamientos. Nuestras miradas chocan. Sus ojos. No logro ver cuál es su color pero parece que ni siquiera tienen color. Su mirada es inexpresiva, tanto que da escalofríos. Después de unos segundos logro entrar en razón.
— ¿A qué te refieres?— Pregunte en tonto intento de soñar relajada. Suspiró pesadamente.
— Estabas pensado si esto ( me señaló a mi y luego a el) era una casualidad o una coincidencia— Ok, es exactamente lo que estaba pensando.
— Mmm...quizas— Digo algo apenada y o se porque.— ¿ Y que hay con eso?— Aumente mi confianza.
— Es una jodida coincidencia que quieras tirarte del mismo puente que yo había escogido.— Su mirada vacía no se despega de la mía y por alguna extraña razón no puedo mirar a otro lado.
— ¿Que te hace pensar que estoy aquí para tirarme del puente ?— Me lanzó una pequeña sonrisa llena de superioridad.
— Quizás el hecho de que llevas llorando más de 10 minutos — me toque mis mejillas y tenía razón, estaban llenas de lágrimas.— Ademas— hizo una pausa mirándome de arriba a bajo—estas en pijamas.
Revise y era cierto, estaba en pijamas, y creo que ni siquiera me había cepillado los dientes. Esto hizo que mis mejillas se calentarán y cambiaran de color, haciéndome ver como un tomate con patas.
No por haber olvidado cepillarme los dientes o haberme cambiado de ropa, si no porque este chico encuentra gracioso mi falta de atención. Niega con la cabeza mientras se ríe discretamente.
— Vaya, morir y que lo último que vea sea una niña despistada que quiere suicidarse porque nada sale como ella quiere es una mierda— Eso me descolocó. No pude decir nada
— Me voy—dijo bajando del borde del puente— Arruinaste todo.
Por alguna extraña razón lo imito, bajo y lo sigo. Voy detrás de el. Es alto, muy alto. Sus piernas eran largas por lo que se me hacía difícil seguirle el paso. Era de piel morena, con hombros anchos, tenia el cabello largo, estaba mojado y desordenado. Me acerque y le tome el brazo. Se detuvo y me miró a los ojos, de nuevo no pude mirar a otro lado, tuve que levantar la cara para poder verlo bien.
—¿ Que quieres?—Dijo sin zafarse de mi agarre.—¿ no querías suicidarte?. Pues hazlo. El puente es todo tuyo. — Finalizó. Cortante.
No se movió de su sitio, creo que espera que lo suelte. Estaba a punto de hacerlo cuando el tomo mi mano y la quito, lo curioso es que a pesar de sonar tan frío conmigo. Tomo mi mano con delicadeza, como si estuviera sosteniendo un pequeño gatito. Siguió su camino.
Me quedé mirando como su silueta se hacía pequeña por la carretera. De la nada empezó a llover. Fantástico. Hace un momento quería tirarme de un puente para no tener que lidiar con mis problemas y ahora tengo que lidiar con la lluvia. Esto aumenta aún más mis desgracia.
Mi ropa está toda empapada, debí al menos traer una sudadera.
