Capítulo 54

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Me tiembla todo el cuerpo, no había estado tan a la defensiva con alguien nunca

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Me tiembla todo el cuerpo, no había estado tan a la defensiva con alguien nunca. Verlo frente a ella, casi me hace perder los papeles en medio de todo el lugar, si no llega a ser porque Aria me lo impide. De no haberlo hecho, posiblemente la historia no habría terminado así.

Libre.

No puedo asimilarlo.

No después de todo lo que he pasado por culpa de ellos. Y saber que ahora tengo la oportunidad que tanto he querido... y que la esperanza que murió hace unas semanas reviva latiendo más que nunca.

Miro a Aria, la única capaz de haber logrado algo así. Tiene la cara hinchada, los ojos muy rojos y solloza mientras se estira de las mangas de su jersey hasta cubrirse las manos.

—Mírame —le pido.

Al instante levanta la cabeza hasta que sus ojos se reflejan en los míos y el labio inferior le tiembla. Traga saliva y cuando encuentra su voz, habla.

—Lo siento.

—¿Por qué te disculpas?

—Por no habértelo contado y quedar con Antoni. Por no haberlo hecho antes y así evitar lo que ocurrió hace semanas —solloza de nuevo y me acerco mucho más a ella—. Por haberme entrometido en tus asuntos.

Suspiro profundamente.

—No lo hagas. Jamás te disculpes conmigo por algo así —beso su cara entera y eso la hace reír—. Eres la suerte de mi vida, Aria, y estaré toda la vida agradeciéndote lo que acabas de conseguir para mí.

—Supongo que los dos somos la suerte del otro —se levanta de la silla de donde está sentada y se sienta en mi regazo, ahora escondiendo la cara en el hueco de mi cuello—. Te debo tanto qué si esto no llega a salir bien, no me habría importado, porque mi lugar está contigo, en el distrito 24 o en la china, pero contigo. Las niñas dicen que vamos en pack ¿no? —asiento y me saca una sonrisa—. Y he sido la más egoísta del mundo por querer a mi familia a salvo, sin importarme a quién perjudico por esto. Y no me importa, porque hemos sufrido horriblemente y es hora de poder sanar en paz.

La estrecho contra mi todo lo que puedo. Pocos segundos después se separa y trae su batido de chocolate cerca de ella, donde da un gran trago antes de volver a refugiarse en mi cuerpo.

—Amor.

—¿Mmm? —murmuro.

—Springbrook. Nuestro destino.

—Como si me llevas al fin del mundo Aria.

Se termina el batido y me cuenta como diablos es tan apreciada por ese tipo, y me sorprendo al saber que estuve a tan solo unos pasos de su casa la vez que asaltamos su mansión.

Salimos poco después de la cafetería con un ánimo bastante relajado. Aún sé que tengo que hacer muchas cosas antes de poder largarnos de aquí. Y por supuesto ahora que todo parece ser favorable para nosotros, no tenemos que precipitarnos en hacer las cosas. Las niñas podrán terminar el curso y empezar uno nuevo donde sea que quiera ir Aria a vivir.

Distrito 24 ¡¡PRÓX EN FÍSICO!! ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora