Sweet Revenge | Minsung

1.

Sentía el cosquilleo del hambre en su estómago, cada vez era más insoportable, quería llegar a su casa y comer la deliciosa cena que su madre preparaba con amor para él y su hermana. Quizás su padre también estaba en casa, últimamente ya no salía tanto.

Finalmente, llegó a su hogar y suspiró cansado, el trabajo había sido duro ese día.

—Mamá, ya estoy en casa. —Gritó, tirando su mochila en el sofá y caminando hacia su habitación. Frunció el ceño cuando no recibió respuesta y se detuvo a medio camino. —¿Mamá? —Se acercó a la cocina para ver si estaba ahí, pero se llevó una sorpresa al no verla.

De pronto fue consciente del silencio que había en la casa, miró su reloj para comprobar la hora y nuevamente volvió a mirar a su alrededor. Eran las 9 pm, normalmente su madre ya estaba terminando de preparar la cena, Lily se encontraría dando vueltas por la casa, jugando y toqueteando todo, buscando saciar su curiosidad de niña, su padre rara vez estaba a esas horas, pero cuando si estaba, su lugar era frente al televisor, mirando distraídamente cualquier película que estuviera reproduciéndose, con la mirada perdida, sin prestar atención realmente.

Volvió a la sala, creyendo que quizás había pasado por alto la silenciosa presencia de su progenitor, pero nuevamente no encontró nada.

Una sensación rara se instaló en la boca de su estómago, no sabría describirla, con el corazón un poco acelerado comenzó a caminar hacia su habitación nuevamente. Era la primera puerta al comienzo del pasillo, el baño estaba justo enfrente, la habitación de sus padres era la de al lado y la de su hermana enfrente de esta. Al final del pasillo estaba la puerta que daba al patio trasero, normalmente estaba cerrada, pero esta vez estaba entreabierta. Minho frunció el ceño, pero su prioridad era encontrar a su familia y de allí no venía ningún tipo de sonido que indicara que podrían encontrarse ahí.

Entró a su habitación y se llevó una horrible sorpresa al encontrarla completamente desordenada, los cajones con su ropa estaban tirados en el piso, el contenido de estos igual, alguien había levantado su colchón y revisado debajo de su cama en busca de quién sabe qué.

A cada paso que daba estaba más confundido, al parecer habían entrado a robar y al no encontrar nada de valor en su humilde casa comenzaron a revolver en sus habitaciones, seguramente la habitación de sus padres y de su hermana estaban igual de desastrosas.

Una idea comenzó a formarse en su mente, quizás sus padres fueron a hacer la denuncia en la estación de policía, eso explicaría por qué no estaban. Obviamente, habían llevado a Lily con ellos porque no tenía edad suficiente para quedarse sola.

Estuvo a punto de comenzar a acomodar su habitación en lo que llegaban sus padres, pero la horrible sensación no se iba, necesitaba ir a revisar en que estado estaban las habitaciones contiguas. Salió de la suya propia y cerró la puerta, rápidamente entró en la de al lado y esta vez no fue tan shockeante ver el estado del lugar, estaba prácticamente igual que la de él.

Cuando estaba por salir vio algo que llamó su atención, las sábanas, que milagrosamente seguían cubriendo el colchón, tenían una mancha en el centro, del tamaño de una pelota de fútbol aproximadamente, color rojo oscuro. El bombeo de su corazón se intensificó aún más, dio un paso atrás y sintió una viscosidad en sus zapatos que revolvió su estómago, bajó la vista, sabiendo exactamente lo que iba a ver, y sus sospechas se confirmaron. Un rastro de sangre que no había visto en primer lugar salía de la habitación de sus padres y se perdía detrás de la puerta trasera.

Completamente cegado se dirigió hacia la habitación de su hermana, allí no había desastre, todo estaba en su lugar, un suspiro de alivio casi abandona sus labios. Casi. Debajo de las sábanas tendidas había un bulto completamente tapado, era pequeño y estaba inmóvil.