Este es el fin...¿verdad?

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Lo maté

Tras siglos de pérdida y sangre inocente derramada, por fin se acabó. Yo lo maté. Maté al maldito rey demonio.

Esas cosas no han nada más que perturbar la paz de nuestro reino todo este tiempo, al menos hasta que llegue yo. Me preparé toda mi vida para ese momento y no puedo estar más orgulloso de mí mismo, después de todo hice casi todo por mi cuenta, sin ayuda de nadie.

Inicialmente, tenía ayuda de... otras personas que terminaron traicionándonos, pero está bien, ni que fueran importantes para alguien. ¿Quién sabe dónde estarán ahora? Sus familias seguían negando que sabían algo de ellos, lo que era una obvia mentira, así que fueron ejecutados y luego los tiraron por ahí.

De todas formas, ahora estoy aquí, preparándome para uno de los mayores honores de mi vida: la gran fiesta de agradecimiento a los héroes, ósea, a mí. ¿Y qué mejor héroe que yo?

Tocaron la puerta y me distraje de mis pensamientos. Pensé que era algún sirviente que me avisaría que ya es hora de ir al gran salón, me sorprendí al ver que era el rey.

— Su majestad, es un honor tenerlo aquí -recuerdo la última vez que lo vi, fue durante la fiesta antes de viajar. Se nota el paso de los años: tiene canas, varias arrugas y hasta se encogió un poquito-. ¿Sucede algo?

— No te preocupes, solo vengo con una propuesta héroe Zlobnež -por favor, no. Cualquier cosa menos lo que creo que es-. Como sabes mi princesita ya está grandecita y me ha dicho que le gustaría casarse contigo. ¿Qué opinas al respecto?

Opino que si se me acerca de nuevo, la mató. No puedo decir eso, ¿o si?

— Su majestad le seré completamente sincero -le mentiré y ya, no será cuenta-. Después de todo el tiempo que estuvimos viajando, ahora solo puedo verla como una hermana menor. No me es posible verla de esa manera.

— Entiendo tu posición. Le haré saber a mi pequeñita tu decisión -gracias Diosa-. No te preocupes por nada, yo me encargaré de que lo acepte.

— Se lo agradezco su majestad.

— Aunque no puedo negar que es una pena. Durante este tiempo he llegado a pensar en ti como a un hijo o un sobrino muy querido.

— Se lo agradezco su majestad -diablos, me estoy sonrojando.

— Pero aún así, deberías considerar tu posición. Eres nuestro héroe, Zlobnež. Debes casarte con un noble.

— Lo entiendo su majestad, lo tendré en cuenta.

— ¡Maravilloso! Aún falta un poco para la fiesta, descansa y relájate. Ya te llamaran.

Se fue y... me quede solo. No pude evitar pensar en lo último que dijo su majestad. No creo recordar alguna vez que me haya enamorado de alguien. Toda mi vida me enfoqué en mi entrenamiento y en convertirme en el mejor héroe que alguien hubiera visto.

Nunca he salido con alguien.

Mentira

Solo una vez pasó algo parecido. Náhoda

No. No debería pensar en él. Él es solo un traidor. Me mintió desde el primer momento que nos conocimos y todavía tuvo el descaro de decirme que no entendía la situación. ¿No entendía? Por favor. Nada valen las palabras de un mentiroso, traicionero, hermoso, ¿¡qué estoy pensando!?

Una sirvienta me sacó de mis pensamientos, al parecer ya es hora de la fiesta.

Al llegar vi como a varios nobles en el gran salón. La mayoría de ellos se me acercaron apenas me vieron, felicitándome por destruir esa cosa y tratando de convencerme de que conozca a sus hijos.

La verdad de ser el héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora