Volver a empezar

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Ha pasado casi un mes desde que volví a tener cinco años.

Pensé detenidamente en que podría hacer para detener el futuro que vi y lo único que se me ocurrió fue: alejarme de todos y cada una de las personas que amo para no dañarlas. ¿Qué tan malo puede ser?

Además, no puedo arriesgarme a abrir la boca y contarles al respecto ni puedo asegurar que esa espada no me controlará de nuevo, hasta encontrar una mejor solución para detener la guerra, esto es todo lo que puedo hacer.

Todo este tiempo me he concentrado en cumplir con mi rutina: despertarme temprano, desayunar, ir a trabajar al pueblo a espaldas de mis padres, estudiar en la biblioteca, cenar y encerrarme en mi cuarto por el resto de la noche.

No sé por que mi madre se preocupa tanto. Hay muchas personas que viven como yo y están perfectamente bien.

— ¡Zlobnež! ¿Puedo entrar? -no sé para que me pregunta si va a entrar de todas formas-. Genial, sigues despierto.

— Junak, por favor, déjame en paz.

— Sí..., no haré eso.

— Junak-

— No, cállate -diablos, alguien tiene actitud hoy-. No has salido de tu habitación en semanas, me preocupas.

— No tienes nada de que preocuparte.

— Por su puesto que sí. Eres mi hermano y no me gusta que te estés encerrando en tu habitación.

— No me importa que no te guste. No es asunto tuyo.

— No será asunto mío, pero aún así me preocupa. ¡No te he visto en un mes!

— ¡Solo cállate y déjame en paz!

...Creo que no debí decir eso. Junak tiene paciencia casi infinita...casi.

— ¿¡CÓMO DEMONIOS ME DIJISTE!?

— Junak, yo-

— ¡No! ¡Cierra la boca!

— Está bien.

— Escúchame muy bien, Zlobnež Nevtralen -carajos, dijo mi nombre completo-. No sé que carajos-

— ¡Junak! -lo enojé mucho, él no es de los que insultan.

— ¡CALLA! No sé que carajos te sucede, pero no puedes esconderte en tu cuarto por el resto de tu vida.

— Entonces, ¿qué hago?

— ¡Enfrentarlo, idiota! Ignorar cual sea que sea tu problema, no hará que desaparezca.

— No lo estoy ignorando. Solo... no planeo enfrentarlo ahora.

— ¡Es lo mismo!

— ¡No lo es!

— ¡Sí, lo es!

— ¡OK, sí lo es!

— Escucha, no tienes que decirme cual es tu problema si no quieres, pero no puedes vivir de esa manera. ¿A qué le tienes tanto miedo?

¿Qué puedo decirle? Que me aterra hacerles daño, cometer los mismo errores de antes o destruir todo lo que conozco. Pero no puedo decirle eso. ¿Cómo podría decirle eso?

— No, no... no es nada importante.

— Pues no creo que sea nada importante si no has hablado con ninguno de nosotros este mes.

— Lo siento, no puedo decírtelo.

— De acuerdo. Solo... deja de esconderte.

— ...Realmente estás preocupado, ¿cierto?

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⏰ Última actualización: May 02 ⏰

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