"Nunca quise herirte, nunca quise hacerte daño".
Gracias a la grabación, escuché mi voz cantar.
"De que me ibas a dejar, dejar...
¿Crees que me puedas perdonar?"Pauso y suspiro agonizante ante la pregunta,
la cual tengo tan clara la respuesta,
pero mi garganta rotundamente se niega
a que aquellas palabras conozcan el afuera.En la soledad de mi día, yo pude sentir
que nadie me quería, que aburrido es estar a mi lado,
pero rechazo mis mentiras y me dedico a sonreír,
no tengo por qué aferrarme a tus brazos.Lamento por abandonarme tanto,
y que me ciegue apenas el alrededor me hace daño.
Pienso y digo, pero hago todo lo contrario.
Incrusto recordatorios al lado de mi cama para mantenerlo presente,
y aún así es extraño.Porque olvido, olvido, olvido,
y sobrepienso, y lo imagino.
Me tambaleo en extremos y
no consigo alinear el camino.¿Crees que me puedas perdonar?
Le pregunto a Dios, me lo pregunto yo.
Hasta él me perdona y yo me resisto ante mi propia traición.
Sé que lo volveré a hacer, y que no puedo confiar en mi propio ser...
En quien más me daña cuando la soledad se apodera de mí.Pero qué más da, me perdonaré una y otra vez,
Soy yo quien queda cuando para los demás sólo existo en recuerdos.
Dios y yo, leyendo un libro, cantando y escribiendo versos.Dios y yo, orando por quienes sólo existo en memorias.
Dios y yo, perdonando a quienes nos dañaron.
Entre ellos yo, mi peor enemiga, mi mejor amiga,
la que de mí nunca se olvida.¿Perdonar? Rodea suavemente la lágrima en mi mejilla.
Perdonar afirmé frente a mi reflejo firme y decidida.Fran Valenzuela, Nunca quise Herirte.
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¡Quiero Vivir! | POEMARIO ©
Short StoryCuando estoy triste el chocolate es mi mejor amigo. Emociones, no las detesto. ¡Pero qué incómodas son que las soltaré en mil y un versos! Todos los derechos reservados.