Enzo Vogrincic

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La cafetería estaba casi vacía hoy, alguno que otro cliente venía a pedir cafés y algo para merendar.

El día era frío, así que todos procuraban llegar a sus hogares antes de que llegue la noche.

Ella estaba cansada y espera con ansias la hora de salida, ante ver no clientela decidió adelantar un poco de limpieza.

«Hola» sonó una voz detrás de ella, era grave pero sonaba tan suave y delicada, podía hacer que los bellos de su espalda se erizarán.

Tras escuchar aquella voz, ella giro su mirada para encontrarse con un hombre alto y de buen porte.

«Buenas tardes señor, discúlpeme, no lo he escuchado» dice aquella chica, con una sutil sonrisa, demostrando leves disculpas.

El la mira, analiza su rostro, los mechones de cabello que salen de su moño, como su  delantal está un poco sucio de café, encuentra su mirada y le sonríe, una sonrisa sincera.

«No pasa nada linda» una risa característica.

Ella solo asiente y procede a preguntarle su pedido.

«Que le gustaría pedir hoy?»

«Pues mira, no soy de aquí…tienes algo que me recomiendes?» le pregunta aquel chico con curiosidad.

«Hoy tenemos muchos muffins de zanahoria y chocolate, y un chocolatito para este clima no estaría mal, verdad?» con amistad ella le dice.

«Dale, dame 2 muffins de zanahoria y 2 chocolates»

«sería eso todo o desearía algo más?» ella pregunta.

«Umm…» duda mirando hacia el menú en las pantallas digitales. «No, así está bien, gracias linda»

Linda…se escuchaba dulce de parte de él.

Mientras se entretenía en preparar la orden del chico, el solo la observaba, discretamente observaba sus movimientos, como su mano tomaba las tazas y delicadamente servía el chocolate, ella le parecía curiosa.

«Señor, su pedido» lo llamó lo cual hizo que saliera de su trance mental.

«Muchas gracias…por cierto, mi nombre es Enzo» ella miró hacia arriba, encontrándose con ojos color miel que parecían planetas extraordinarios, pequeños mechones de cabello cayendo en su frente, las pequeñas líneas que marcaban su sonrisa. Sorprendida extendió el pedido hacia el, rosando su mano contra la de él, sintiendo el calor de su cuerpo y la suavidad de su piel. Enzo…conque Enzo, eh?

Anonada realiza que el estaba esperando una respuesta de ella.

«Eh, disculpe, mucho gusto señor Enzo, espero y disfrute su pedido» Enzo suelta una pequeña sonrisa, una sonrisa que llega a tus oídos como una melodía clásica, simplemente hermosa.

«Dale linda gracias, nos vemos» el asiente despidiéndose, dándole una última mirada a aquella chica, lentamente se acerca a la puerta.

Definitivamente tiene que volver.

One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora