Stay With Me

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No sé cómo fue que llegamos a esa habitación, de pronto me vi ahí parada frente a él, entre sus brazos, sin la oportunidad de poder escapar, además no lo quería, algo dentro de mí me decía que no lo quería dejar, quería seguir así, en ese estado de ensoñación, abrazada a él, respirando su aroma, deleitándome con cada facción de su rostro, la suavidad de su piel rozando la mía, la calidez de su respiración cerca de mi rostro, admirando sus hermosos ojos oscuros que me tenían cautivada, perdida, y esperando por el momento en que sus labios harían contacto con los míos, en que nos destrozáramos los labios, producto del deseo que había entre ambos, después de tanto tiempo de estar alejados, ese deseo ahora cobraba fuerza, una que nos hacía perder la razón, que nos hacía olvidarnos del mundo y de que cada quien tenía una vida hecha.

Pero en ese momento nada de eso nos importó, solo éramos nosotros encerrados en esa habitación, dispuestos a dar rienda suelta a nuestras pasiones, deseos y al amor que a pesar del tiempo siempre estuvo ahí, guardado, esperando por el momento en que saliera a la luz de nuevo, después de tantas veces que nos entregamos a ese deseo y a esa pasión con desenfreno, y más ahora sintiéndonos prohibidos el uno para el otro, pero había algo en nuestro interior que nos hacía querer jugar con fuego, sin importar las consecuencias.

Poco después sentí como sus brazos rodearon mis caderas y sus labios se posaron en los míos, nuestra respiración aumentaba a cada segundo que pasaba, explore cada centímetro de su boca, sus labios, su lengua, incluso llegue a morderlo hasta ocasionar un ligero sangrado en su labio inferior, pero después con mi lengua lamí esa parte que yo había lastimado. Me separe de su rostro solo milímetros viéndolo directamente a los ojos para solo después retomar el beso que me estaba haciendo perder el control, ya mis pulmones estaban a punto del colapso por la falta de aire, pero era una necesidad tan grande de seguirlo besando que nos era muy difícil dejar de besarnos, hasta que llegó el momento en el que no aguantamos más y nos separamos para tomar una gran bocanada de aire.

Sus besos bajaron hasta mi cuello y ahí seguí jalando aire, la sensación de sentir sus labios en mi cuello fue deliciosa, y esto solo produjo que gimiera audiblemente, solo sentí una sonrisa formada por sus labios aun sobre mi cuello, sus manos empezaron un juego que yo deseaba tanto, una de sus manos subió por mi espalda de manera que su solo contacto hacia que mi piel se erizara, la otra bajo muy despacio por mi pierda izquierda muy lentamente, llego hasta mi rodilla y de ahí volvió a subir pero esta vez lo hizo por la parte interna, dirigiéndose lentamente a ese lugar entre mis piernas, el solo rose de su mano en ese lugar me hicieron estremecer por completo, perdí la noción del tiempo y me perdí en sus caricias, solo segundos después retiro su mano de ahí y siguió subiendo esta vez la metió por debajo de mi blusa, subiendo hasta mis pechos, la mano que estaba en mi espalda lentamente la condujo hasta enfrente y con las dos manos me acaricio de manera seductora, haciendo que gimiera con el solo contacto.

-Extrañaba tanto tus sonidos

-Y yo te extrañaba a ti, todo a ti

Lo volví a besar desenfrenadamente, mis manos recorrieron su pecho por sobre la tela que ya comenzaba a estorbarme, baje mis manos hasta el final de su playera para poco a poco levantarla y quitársela por completo, después de hacerlo bese su cuello y fui bajando por el esternón, hasta llegar a su pecho, jugué con cada uno de sus pezones, quería volverlo loco por mi como hace años lo hacía, y lo estaba logrando, seguí bajando por sus abdominales que estaban muy bien marcadas, me excitaba el verlo así, subí de nuevo mis labios a los suyos y mis manos siguieron bajando, hasta llegar a esa parte de su cuerpo que tan solo con tocarlo por encima del pantalón pude sentir que estaba listo para mí.

-Te deseo, te deseo tanto

-Yo también te deseo, hazme tuya, como solo tú sabes hacerlo

Esas palabras solo ocasionaron que los besos y caricias se intensificaran, sus manos me quitaron la blusa que traía, poco le falto para romperla, producto del deseo que sentía por mí, después sus manos se posaron en el botón de mi pantalón, de un solo movimiento lo desabrocho y prosiguió a bajarlo de manera lenta y casi desesperante para mi

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