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Tercer año Julieta
Recién comienza el invierno pero ya ruego que vuelva el verano, era imposible tener ganas de venir a la escuela con este frío cuando solo pensaba en quedarme calentita dentro de la cama. Escuchaba como la profesora dictaba la tercera hoja, nunca podía seguirle el ritmo a esta señora, siempre me perdía apenas decía el título.
—Si lo copias y me lo pasas, te hago la próxima prueba de inglés—le susurré a mi mejor amiga, Lucia, la cual asintió rápidamente mientras seguía copiando.
Tenía facilidad para el inglés, además de otras materias. Estudiar era mi manera de escapar por un rato y concentrarme en algo.
—No te olvides de traer los papeles para la salida educativa— le recordé a Lucia, a veces me sentía como su mamá. En realidad me sentía mamá de todos mis amigos, tenía como una necesidad de organizar, tener todo bajo control y cuidarlos.
—Alta paja ir, encima van los del turno tarde, los odio—replicó mi amiga, como en toda escuela, hay cierta rivalidad entre el a y el b, claramente nosotras pertenecemos al A.
—Yo apenas los conozco, además por lo que se este año vinieron muchos más alumnos, alguno te tiene que caer bien—le respondí.
Siempre fui muy inocente, nunca busqué conflicto con gente que ni conocía, a diferencia de mi amiga que si la miraban un poco, ella ya pensaba que la odiaban por lo tanto esa persona le caía mal automáticamente. Éramos los tipos polos opuestos que se atraen, siempre fuimos nosotras dos solas, no porque nos caigan mal las demás chicas, sino que tenemos muchos problemas de confianza.
Pasaron las horas y ya era momento de salir de la escuela, odiaba el invierno solo por una razón, tener que volver a mi casa con el frío que me trababan las piernas al caminar. Mis papás trabajaban hasta muy tarde, así que me acostumbre a ser independiente; comer sola, dormir con una lámpara prendida por el miedo a la oscuridad, entre mil cosas más.
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Mateo Estaba sentado con mi amigos en la esquina de la escuela mientras esperábamos que sea la hora para entrar. Charlábamos cosas sin sentido; como siempre, aunque si me lo pongo a analizar de verdad, creo que nunca tuve una charla seria con ellos, no digo en el sentido de hablar sobre nuestros futuros, sino hablar algo un poco más profundo, como nuestros sueños o por lo menos que canción es nuestra favorita. Tampoco es que con 16 años tengamos mucho que hablar, pero a veces me gustaría conocer a alguien y que nunca tengamos tiempo para tener silencios incómodos.
