Capítulo 36.

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Payton caminaba junto a Chase, Josh y Jaden. Estaban caminando hacía la casa de Sadie ya que el chico Moormeier quería hablar con ella.

La menor no había asistido a la universidad en la última semana y los 4 chicos estaban preocupados, Payton es quién más estaba preocupado.

Al llegar tocaron la puerta pero nadie abría.

— Creo que ya no está. —dijo Josh— Podemos venir más tarde y... —fue interrumpido.

— ¡Sadie! ¡Abre la puerta! —gritó Payton— ¡Ahora!

— Payton, no creo que esté en casa. —dijo Jaden poniendo su mano en el hombro del mencionado.

— ¡Sadie, necesito hablar contigo! —gritó nuevamente Payton— ¡Vamos, abre la puerta!

— Payton... —habló Jaden pero fue interrumpido.

— ¡Cállate! —Payton apartó la mano de Jaden— ¡Necesito saber si está bien! ¡Necesito hablar con ella!

Payton dió media vuelta y caminó hacía una de las ventanas. Abrió la ventana y notó que podía entrar.

— Jay. —lo llamó Josh— No hagas una tontería.

— Josh tiene razón. —Dijo Jaden— Los vecinos podrían verte y pensarán que estás robando.

— Hazlo.—habló por primera vez Chase.

— ¿Qué? —exclamó Josh.

— ¿Estás loco, Chase?—preguntó con ironía Jaden.

— ¿Qué tal si le pasó algo? Payton olvidó la llave de su casa en su habitación y esta es la única manera en la que podemos saber si está bien. Podría estar tirada en el piso a punto de morir.

— Están locos, los dos.—dijo Jaden negando.

Josh observó a Jaden por unos segundos, dirigió su mirada a Payton y después se acercó a éste último.

— Te ayudaré, solamente para saber si Sadie está bien. —dijo Josh, Payton los miró unos segundos para después asentir.

Josh entrelazó sus manos entre sí e hizo una escalera para que Payton pudiese subir. Payton puso su pie entre las manos de Josh y subió por la ventana.

El chico Moormeier entró a la casa y lo primero que vio fue la cama ordenada de Sadie. Caminó un poco más y a los lejos vio una guitarra la cual la chica tocaba de vez en cuando, seguía igual que antes, estaba destrozada.

Payton caminó hasta la sala y las maletas que Sadie tenía en la esquina de la habitación ya no estaban, eso alarmó a Payton, no porque se las hubieran robado, sino porque tal vez ella se había ido.

Rápidamente el chico caminó a la cocina y el mini refrigerador estaba en una esquina, en su caja y todo estaba cubierto con una ligera capa de polvo. El corazón de Payton latió rápidamente. Sadie no se pudo haber ido.

— ¡Sadie! —gritó Payton y los chicos que estaban afuera se preocuparon— ¡Sadie! ¿Dónde estás? —el chico comenzaba a desesperarse— ¡Sasa! ¡Sadie, por favor!

Payron se recargo en la pared con la respiración agitada por gritar tanto.

— No puede ser... Tú no... Por favor. —susurró Payton con los ojos cristalizados— No te vayas, por favor. —el chico ahogó un sollozo.

— ¿Jay? —Chase había entrado a la casa.

Payton se limpió las lágrimas y salió de la cocina.

— No está, vamonos. —dijo sin observar a Chase y yendo a la habitación de Sadie para salir de allí.

Chase lo observó con una mirada apenada. Él sabía lo que Payton estaba sintiendo. La verdad él también estaba sufriendo, había perdido a su amiga, a su mejor amiga, porque, a pesar del poco tiempo que llevaban siendo amigos, él sabía que podía confiar en ella ya que era una buena chica.

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⏰ Última actualización: Jun 08 ⏰

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𝐋atina (𝐏ayton 𝐌oormeier) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora