Parte Única

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Gracias por la espera

HISTORIA CON CONTENIDO ADULTO, SI NO ES DE TU AGRADO ES MEJOR QUE NO LEAS


Yeonjun Romanski se metió en la oficina después de echar un rápido vistazo. Cerró la puerta con llave y luego apoyó la espalda contra ella, mirando al hombre sentado en el escritorio.

Beomgyu no había notado su acercamiento y permanecía absorto en el papel que estaba leyendo, las gafas en su nariz resbalaron más. Beomgyu empujó las gafas de nuevo con un gesto distraído y Yeonjun sonrió. No importa cuántas veces le dijo que cambiara sus gafas, el hombre siempre se negaba, alegando lazos sentimentales.

Por un par de anteojos, por el amor de Dios.

Se aclaró la garganta y dio un paso adelante.

Beomgyu levantó la cabeza bruscamente y las gafas cayeron sobre el escritorio.

—Oh.

—Hola, profesor. —Se acercó a Beomgyu lentamente.

—¡Yeonjun! —Beomgyu cogió sus anteojos y se los volvió a colocar. Sus pálidos ojos verdes estaban muy abiertos, el color llenando sus mejillas mientras sacudía la cabeza—. No, Yeonjun. Sabes que no puedes estar aquí.

—Relájate. Nadie me vio entrar. —Apoyó su cadera contra el escritorio y miró a Beomgyu con una ceja levantada.

—Ese no es... —Beomgyu tragó y agarró el papel en su mano—. Ese no es el, uh, punto. —Sus fosas nasales se ampliaron cuando finalmente encontró los ojos de Yeonjun—. Casi nos pillaron la última vez.

Yeonjun levantó un dedo.

—Pero no lo hicieron. —Se inclinó sobre el escritorio y rozó sus labios contra los de Beomgyu. La respiración del otro hombre se enredó—. Además, no puedes follarme con tus ojos en clase y no esperar que venga. —Le palpitaba la ingle.

La clase de Psicología había sido una tortura, ver a Beomgyu enseñar era la visión más sexy de todos los tiempos. Ser incapaz de tocar al hombre, incapaz de hacer lo que quería con Beomgyu era un infierno, pero él se había sentado allí y había planeado cobrárselo.

—Levántate, Beomgyu.

La nuez de Adán de Beomgyu se balanceó y un gemido escapó de sus labios entreabiertos, pero él se negó.

—Ye... Yeonjun, yo... —Sus palabras se desvanecieron cuando Yeonjun rozó la punta de su índice en el hueco en la garganta de Beomgyu.

—Me senté en esa clase y te observé. —Yeonjun dijo con voz ronca—. Sentías mis ojos en ti, ¿verdad? ¿Deseabas que te doblara sobre ese escritorio desordenado? ¿Hmm?

El aliento inestable de Beomgyu quemó el rostro de Yeonjun. Él sonrió abiertamente y besó a Beomgyu, tomando su boca, empujando su lengua entre sus labios entreabiertos. Tan bueno. El sabor único de ese hombre le llenaba la cabeza, empañando su cerebro y reverberando en su palpitante ingle.

Beomgyu hizo pequeños ruidos en su garganta, gemidos, mientras sostenía los hombros de Yeonjun y profundizaba su beso. La desesperación y la necesidad se arqueaban entre ellos. Yeonjun se apartó y se enderezó.

Beomgyu lo miró con los labios húmedos e hinchados, los ojos salvajes y perdidos, el pecho agitado.

—¿Querías que te jodiera allí, Beomgyu? —Yeonjun se quitó el cinturón y se desabrochó pantalones—. ¿Qué te jodiera mientras todo el mundo te observaba, quizás?

Bound To Lust (Yeongyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora