Capítulo 7

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Nadie nunca ha muerto de aburrimiento o al menos nadie que Amelia conociera pero ella pensaba que era muy posible, porque nunca en su vida había estado tan aburrida como en ese momento, siempre le había gustado escuchar anécdotas de otros pero escuchar por milésima vez como su maestra de historia les contaba la historia de su matrimonio fallido le aburría demasiado, no podía evitar ver el reloj en la pared contando los minutos para poder ir a su casa y dormir últimamente se había desvelado muy seguido y su energía durante el día era nula.

Cuando por fin sus oídos fueron bendecidos con el sonido de la campana no lo pensó dos veces antes de salir en busca de su mamá.

—No tardaste.—

—Es solo que estoy muy cansada.— dijo cerrando los ojos mientras se recostaba en el asiento.—Quieres ir a casa es que pensé que podrías acompañarme al doctor.—

—Mamá eso es muy aburrido.—iba a negarse podría hacer cosas más interesantes que sentarse a esperar dos horas sin hacer nada pero luego recordó que quería comprarle un obsequio a Max como agradecimiento.— Pero puedes dejarme en el centro comercial?, quiero comprarle un regalo a Jess.-—

—Está bien te llamaré cuando termine.—dijo su madre mientras comenzaba a conducir.—No voy a tardar, ten cuidado por favor.— Está bien.— dijo bajando del auto.

Había estado pensando en que le gustaría, ropa o zapatos pero finalmente se decidió que mejor que una buena lectura, solo que no decidía qué libro, ella había leído muchos libros así que decidió que sería uno trágico, lo pago y cuando salió de la librería se cruzó con una tienda de trajes para hombres, en el aparador había una corbata muy bonita.

Dudo pero decidió preguntar.

—Puede mostrarme esa corbata.—dijo señalando el aparador.—Por supuesto.— le respondió la señorita mientras la guiaba.—Es muy linda.—

—Tiene muy buen gusto, ¿quiere que la envuelva?.—

—Si por favor.—Amelia pensaba enviar los regalos por correo hasta el apartamento de Max como una sorpresa era algo muy ridículo pero según ella valía la pena.
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1 SEMANA DESPUÉS

Había pasado dos semana desde Silverstone y el Gran Premio de Spa estaba a tan solo unos días,Max no había visto a Amelia y en todo eso tiempo se sentía raro y no se sentía preparado para verla de nuevo y decirle lo que había pasado en esas dos semanas aunque supuso que sería inevitable, porque en unas horas todo internet estaría plagado de fotos suyas y de una mujer que ni siquiera conocía bien. No era necesario ser muy inteligente para poder imaginar de qué tipo de fotos se trataban.

Últimamente su vida estaba un poco revuelta estaba poniendo orden poco a poco una noche en Mónaco un amigo lo invitó a beber, conoció a una chica y pronto ya estaba ebrio con ella encima de él en su auto en una zona no tan privada, pensó en Amelia y se detuvo antes de que algo más pudiera pasar, obviamente las fotos no tenían todo ese contexto un amigo periodista le había avisado que publicarían las fotos de él besando a la chica fuera del bar y en su auto.

𝐎𝐋𝐃𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora