𝗤𝗨𝗜𝗘𝗥𝗢 𝗤𝗨𝗘 𝗦𝗘𝗔𝗦 𝗙𝗘𝗟𝗜𝗭
Amy y Sonic son una feliz pareja de bailarines de ballet, se aman con intensidad y locura, derrochan sus almas en el escenario con cada baile.
Un amor puro y desinteresado.
ִֶָ 𖥔 ࣪˖ ⋆ Angst, drama, romance.
ִ...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❝ Incapaz de percibir tu forma, te encuentro siempre a mi alrededor. Tu presencia llena mis ojos con tu amor, hace más humilde mi corazón. ❞
Las vibraciones de los violines siendo finamente acariciados por las hebras del arco lograban avivar el fuego del arte en su interior, llenándose de una calidez indescriptible que le recorrían el cuerpo por completo. Su piel estaba erizada ante las finas notas que llegaban como bellas sinfonías a sus oídos; los nervios la mantenían completamente despierta a pesar de sus pocas horas de sueño.
La siguiente nota musical era su señal para entrar al escenario antes de que el telón se abriera, Amy Rose ya estaba posicionada con tan bello vestido de tul color durazno, sus cabellos rosados peinados en un rodete perfecto, dejando ver sus delicadas facciones en un maquillaje natural, las zapatillas de ballet nuevas en color dorado se ajustaban perfectamente a sus delicados pies de bailarina.
Tomó aire cerrando sus ojos para mantener la concentración, amaba completamente lo que hacía y era la mejor en su área... Y aún así cada vez que se presentaba seguía poniéndose nerviosa. Aquello quedaba atrás cuando el telón se abría en el acto final dejando ver su bello y delicado cuerpo, recibiendo aplausos y gritos que llenaban el teatro en un precioso y alentador sonido; eso le daba la confianza para garantizar movimientos perfectos.
Sus manos posicionados en una delicada posición y seguido, se puso de puntas con una delicadeza impresionante, comenzando con su baile en giros y movimientos determinados, llenos de confianza; sus ojos cerrados disfrutando de los sonidos que provocaba la orquesta detrás de ella, incitando a qué diera un salto perfecto para después dar dos giros más, bailando por el escenario con un apasion que se desbordaba... la luz blanca iluminaba su cuerpo desde el reflector, haciendo que su bello vestuario brillará y aún así, nada podía picar sus profesionales y bellísimos pasos.
Abrió los ojos, observando al frente con determinación y justo cuando pondría una de sus puntas en el piso de madera, está tambaleó haciéndola perder el equilibrio, retrocediendo algunos pasos y cayendo al piso en un golpe seco, los violines desorientados tocaron la escena interpretando aquel desequilibrio, logrando que se viera como parte de la escena.
