Capítulo Tres

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¿Qué era la moral?

JooHyun sabía bien la definición, pero estar chupándosela a la hija de su mejor amiga tenía su mente y boca ocupada, que ni siquiera tuvo la intención remorderse por lo que estaba haciendo.
Tenía todo de ella ocupada, que la tiró sin siquiera pensarlo, sólo alabando la masividad que tenía en su boca, entre sus labios.

Escuchó a la otra gemir y quejarse mientras trabajaba debajo, y la pelinegra sólo tuvo 6 segundos para alabarse a si misma por su trabajo.
Tener a la castaña gimiendo, sudando, retorciéndose, rogando.

Su boca trató de aceptar un poco más de la polla, comenzando a chupar, a acariciar con su lengua, y Jesús, sólo había chupado dos pollas en su vida y de todos modos, supo que esa era la mejor a la que podría complacer.

Se separó para masturbarla con su mano y relamer sus labios, para poder respirar con regularidad, y vio a la castaña. Ésta sonrió, acercándose un poco más, llevando su pulgar a su barbilla para limpiar algún rastro de saliva que chorreó de su boca, y lo limpió en su camisa.

Después procedió a quitársela, haciendo que la mayor trague saliva de nuevo, pero sintiéndose seca de la boca, y húmeda de otro lugar.
Dejó la polla y comenzó a subir al regazo de la otra, viendo ese abdomen. Habló, viéndolo fija.

—¿Cómo tienes tiempo de... estar así, ser la mejor estudiante?— SeulGi relamió sus labios, viendo cómo la otra acariciaba con la yema de sus dedos su abdomen y hasta suspiraba, después de tragar saliva. Rió. Su mano subió hasta su pecho, su bra deportivo, pero fue interrumpida.

—JooHyun, lo mismo te debería preguntar a ti—cómo sólo tenía su bralette y la menor se encargó de quitárselo con una sola mano mientras la otra se encargaba de complacer el pecho de la mayor. Apenas se lo quitó, sintió cómo el aire frío la golpeó levemente, pero pasó a segundo plano por tener las calientes manos de la otra en sus pechos, en sus pezones.

El pulgar y el índice comenzaron a presionar y mantener erectos sus pezones, y de un momento a otro, fue la boca de SeulGi la que la hizo entrar en un total y cálido momento. Tragó saliva, temblando, y lo notó la otra. La vio.

—Estás temblando, JooHyun—¿Podía cargarla? JooHyun gimió de sorpresa cuando la otra envolvió sus piernas alrededor de su cintura y la encaminó a su cuarto para depositarla en su cama de una manera cuidadosa, envolviéndola entre las cobijas. La vio de una forma casi suave, sonriendo—iré a prender la calefacción, no tuve noción de lo frío que está mi depa.

Un cuidado tierno, que JooHyun no esperó.
Pero lo que tampoco esperó, fue que la castaña volvió para volver a inundarla en un panorama morado totalmente oscuro, rojizo, erótico, porque apenas se acomodó entre sus piernas, sus labios se dirigieron de nuevo a su pezón izquierdo, donde comenzó a mordisquear de una forma, suave, pero tampoco tanto.

Algo brusco que la hacía gemir, que la hacía aferrarse más a la menor y ahí, suspiró, tragando saliva, sintiendo remordimiento.
Si ha pecado, lo ha hecho con gusto y totalmente consiente, porque le estaba encantando estar entre las llamas del infierno.

El diablo hace calderas de cobre, pero no tapas, y bien dicho.
JooHyun eligió totalmente entrar en ese calor, en ese pequeño infierno que dé una vuelta la podía llevar al cielo, tocar las estrellas y sentirse etérea.
Gimió cuando SeulGi la acostó y se acomodó de nuevo entre sus piernas, limpió el sudor de su nariz con el dorso de su mano, y tragó saliva.

Se acercó a besar su cuello, a besar sus clavículas mientras su mano bajaba al centro de la mayor, pero no de forma directa.
Comenzó a tocar cada centímetro de su cuerpo, comenzó a acariciarla, a hacerla sentir, de esa forma. JooHyun gimió cuando sintió un abundante calor entrar en ella de nuevo y se removió, suspirando, viendo cómo la otra acariciaba su cuello y besaba su pecho, entre sus pechos, suspirando.

—Dios, hueles delicioso— los besos que eran repartidos como dulces infiernos bajaron y volvían a subir, haciendo cada centímetro de la piel de JooHyun quemar, pero una quemadura que le agradaba y buscaba más. La vio, acariciando su mejilla, acercándose a besarla.

Sólo escuchó a la otra gruñir mientras bombeaba su polla, abriendo las piernas de la otra, y JooHyun sólo pudo morder su labio.
Dios, se veía hinchada. Vio cómo SeulGi alcanzó su cajón en busca de lubricante y un condón, haciendo que su dura polla roce con el vientre de la otra y la dureza, hizo a la pelinegra gemir.

SeulGi apenas rompió el condón con cuidado comenzó a lubricar su polla, bombeando, gimiendo, acercándose a la otra.

Habló.

—¿Quieres que me controle, o que me deje ir?—gimió, relamiendo sus labios, sintiendo los dedos de la otra separar sus labios para que su medio acaricie su clítoris. JooHyun habló.

—Haz lo que quieras.

Que sea lo que ella quiera, y no se arrepentía.
Se arrepentiría al momento que sintió cómo la otra entró de una sola en ella y comenzó a embestirla de una forma brusca, gruñendo, pero no lo hacía.
Admitía que era eso lo que quería.

Sentir las manos fuertes de la castaña sostener su cintura mientras se la cogía de esa forma, una forma brusca pero que poco a poco comenzaba a aumentar de velocidad, siendo precavida al inicio.
JooHyun gimió, comenzó a gemir cuando sintió los dedos de la otra acariciar su clítoris y sus embestidas moler sus paredes.

Cómo la sentía abrir dentro de ella, cómo la escuchaba gemir, gruñir, y respirar de una forma agitada, pero riendo de vez en cuando.
Cómo alzó su pequeño cuerpo para poner una pequeña almohada debajo de ella y seguir follándola, seguir embistiéndola, de esa forma tan brusca que estaba segura que iba a dejar moretones pero no le importaba, para nada.

Era lo que quería, lo que tanto se encargó de censurar pero no sirvió de nada, porque ahora, estaba siendo brutalmente follada por la hija de su mejor amiga, y ahí, la moral no sirvió para nada.

Nada podía ayudarla, nada. Ni sus propios pensamientos porque JooHyun lo estaba disfrutando, en capacidad de todas las letras y ahora, gemidos, y longitud de la polla de SeulGi.

Mordió sus labios ya hinchados pero la otra tomó su rostro, acercándose a besarla de una forma brusca, pero de todos modos, apretando sus mejillas.
JooHyun gimió más fuerte, tragando saliva, moviendo sus manos de la sabana, donde la estaba apretando, a la espalda de SeulGi.

Qué. Buena. Follada. JooHyun cerró un ojo y aferró un poco sus uñas en la espalda de la otra cuando sintió su estómago revolverse, una leve convulsión y un gemido que tenía la urgencia de salir de su garganta, de apretar sus piernas en la cadera de la otra para impedirle que deje de moverse, y ahí, JooHyun gruñó, gimió, se quejó y alzó sus caderas, haciendo a SeulGi gemir de nuevo.

No recibió un leve descanso porque después, escuchó a la otra decir.

—Yo todavía no he terminado, Hyun.

Dios.

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(n/a: de q, o sea ustedes son mi diario personal no, ustedes saben q yo soy doña sexo literal porq a ustedes les conté cmo cogí, y leyendo cosas q escribí cuando todavía no cogía es de q, TÚ Q SABES WEY, TÚ Q SABES y ps ya, razón innecesaria para q sepan q cogí OTRA VEZ)

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⏰ Última actualización: Oct 02 ⏰

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