CAPÍTULO 1

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El cielo había estado luciendo inusualmente hermoso. Pareciera que alguna deidad sabía sobre sus deseos de tener un picnic esa semana y decidió borrar todas las nubes para dejar que el sol brillara en todo su esplendor y tener un escenario precioso para sus recuerdos.

Lástima que ambos enamorados no tuvieran tiempo de apreciar el clima mientras huían tomados de la mano por aquel sendero entre los árboles. El mismo sendero que los vio demostrarse tanto amor ahora los veía en su estado de agotamiento y desespero máximo rogando y rezando poder sobrevivir, burlar a la muerte, a su destino o alguna de esas cosas.

Jieun se dio cuenta primero de que la amenaza venía detrás de ellos, más cerca de lo que desearía y tiró de Taehyung fuera del sendero para continuar avanzando por la tierra y el pasto, aunque eso significara que ahora no supieran hacia dónde iban.

La tierra en sus ropas mezclada con el sudor de sus pieles comenzaba a generar dolor más que incomodidad y Jieun deseaba encontrar un lugar donde detenerse a descansar.

Taehyung deseaba encontrar comida y tal vez (con mucha suerte) también ropa, pero lo que los dos anhelaban más que nada era dejar de huir, despertar de esa horrible pesadilla y descubrir que todo ese tiempo estuvieron a salvo en su habitación.

Habían perdido la cuenta de los días que habían pasado desde que el caos se desató en la tierra, después del segundo dejó de importarles pues necesitaban tener la cabeza bien alerta y estar al cien en el presente.

De vez en cuando intentaban adivinar (de manera realista) cuánto había pasado desde ese veintitrés de enero cuando todo empezó.

"Ya no puedo más" Jieun expresó en señas.

"Solo un poco más" respondió Taehyung de la misma manera.

Se escondieron tras unos arbustos secos al ver ese "Nemo" pasar por encima de un edificio del que ninguno de los dos sabía de su existencia.

Taehyung entrecerró los ojos intentando mirar con su ojo útil alguna entrada, sin embargo, parecía que todas estaban bloqueadas con maderas.

Jieun llamó su atención golpeando varias veces su hombro.

"Vamos allá" señaló y lo llevó a unas largas escaleras que conducían a ventanales rotos.

Incluso estando adentro procuraron ser sigilosos, no querían que todo su esfuerzo fuera inútil por un mero descuido sonoro. Jieun le confiaba eso a su amado debido a que ella no podía escuchar, sabía que si ella llegase a hacer algún ruido innecesario le haría una seña de inmediato.

Al entrar ambos esperaban que hubiera una densa oscuridad que los hiciera tropezar más de una vez, en cambio encontrar que estaba demasiado iluminado debido a un domo de cristal los tomó por sorpresa sintiendo que el sitio era demasiado "adecuado" para que descansaran debidamente.

Entraron a algunos locales en busca de cualquier cosa útil sin demasiado éxito, todo lo que había era polvo, insectos y la ferviente sensación de que eran observados.

Sensación que quedó en el olvido cuando vieron la inmensa montaña de ropa en un tipo de explanada justo debajo de la cúpula. Pareciera que toda esa ropa había sido puesta ahí para que la luz le llegara desde arriba como un reflector de teatro con un aspecto tétrico y desalmado.

La incomodidad en ellos fue reemplazada con la angustia y el dolor de saber que esas máquinas perversas ya habían matado a tanta gente, pero ni siquiera pudieron hacer algo respecto a eso porque tuvieron que retener sus lágrimas y postergar sus lamentos al ver una sombra cuadrada anunciando que otro Nemo estaba cerca.

Se apresuraron de inmediato a esconderse tras un muro y esperar a que ese sonido de mil engranajes funcionando se hiciera tenue antes de seguir recorriendo el centro comercial con esperanza de encontrar algo que les ayudara a sobrevivir o a detener esas cosas.

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⏰ Última actualización: Jan 28 ⏰

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