하오빈 'penguin teddy' -haobin-

03

—¿Esconderlo en mi mochila?

—Yo soy muy torpe, seguramente Hanbin descubra que yo me quedé con el.— Junhyeon entrecerró los ojos un tanto extrañado.

—¿Todo esto lo haces por... celos?— el castaño miró el esponjoso objeto sobre sus manos.

¿Y esa cosa tenía a ZhangHao tan mal?

Definitivamente ese necesitaba terapia psicológica.

—No lo diría así.

—Estás loco, déjame decirte.

—No lo digas de esa manera. Estoy perfectamente bien.

—Estar celoso de... esto.— alzó al inocente peluche —Eso no es estar bien de la mente.

—¡Ay como quieras, gótico! Lo que quiero es que lo escondas en tu mochila y no le digas a nadie. Te lo llevas a casa hoy, lo guardas en tu habitación y haces lo que quieras con el. Hanbin lo superará si sabe que se perdió.

Junhyeon seguía con esa mueca dudosa, algo perturbada por todo lo que Hao le estaba pidiendo como su fuese algo de lo más común.

Aceptaría, claro que con una condición entre medio, porque Junhyeon no hacia nada a menos que le diesen algo a cambio.

—Hagamos un trato— Hao suspiró —Déjame salir con tu hermano.

—Junhyeon...

—Entonces no hay peluche, se lo doy a Hanbin y le digo todo.

—¡Bien, de acuerdo, te dejaré salir con TaeRae!— la sonrisa de Junhyeon fue triunfante —¿A dónde vas a salir con él?

—A unos arcades, acordamos eso hace varios días— admitió sincero —Gracias, eh— pegó una leve palmadita en el hombro de Hao.

El de cabello negro sinceramente no le encontró peligro a ello. Junhyeon y TaeRae tenían dieciséis años, ¿qué harían dos adolescentes como ellos a parte de comer pizza, jugar videojuegos y contar chistes malos? Nada.

No le tomó demasiada relevancia y sonrió agradecido de Junhyeon, quien guardó el peluche en su mochila lentamente.

—Te lo agradezco mucho.

—Sí, todo sea por ti y tus estúpidas crisis emocionales— Junhyeon suspiró, luego de haber colgado su bolso en sus hombros. —En serio, deberías de ir al psicólogo.

—Basta, Junhyeon-ah.

【•••】

Hanbin llegó al lado de ZhangHao con un puchero y sus ojos llorosos.

Repasa el diálogo. Repasalo.

—¿Qué sucedió, Hanbinie?— preguntó preocupado, acariciando su suave cabellera con delicadeza.

—M-Mi peluche...— su voz sonó rota —Zhangie...

¡Demonios, va a llorar!

—¿Qué sucede?— tomó sus mejillas con gran rapidez, algo desesperado por ver esos ojitos indefensos anunciando lágrimas —¿Te pasó algo?

—Mi pingüinito...— hizo una pausa para tomar aire —Baobei desapareció...

—¿Desapareció?

—Ayer tuvimos nuestra pijamada, pero cuando desperté te fuiste y... y mi peluche no estaba. D-Desapareció, Zhangie. ¿L-Lo viste ayer?

Ese puchero mataba su interior. Le hacía sentir tanta culpa, tan imbécil, tan mala persona.

Zhang Hao nunca se arrepentía de lo que hacía, pero se estaba arrepintiendo de haber escondido el peluche de Hanbin cuando el mismo estaba aferrado a su brazo a nada de llorar. Su mirada llorosa, entristecida, completamente inocente, eso lo torturaba.

—No, no lo vi. Yo pensé que dormiste con el anoche— mintió —Pero lo buscaremos y aparecerá, lo prometo.

Promesa es promesa, aunque de primeras haya sido un mentiroso.

—P-Por favor...— Hanbin escondió su cabeza en el cuello de ZhangHao. Éste sintió su acelerada respiración junto a un leve toque de tranquilidad. —Matthew me lo regaló porque... po-porque me cuesta dormir y y-ya no quiero tomar pastillas. P-Por eso me lo regaló, es muy especial para mi, tiene que aparecer, Zhangie.

A Hao se le apretó el estómago, un nudo en su garganta se hizo notar y quería morirse en ese momento, donde la única señal que le dio su cerebro fue darle palmaditas en la espalda al mayor.

—No llores, Hanbinie— murmuró en hilo de voz. —Va a aparecer y podrás dormir bien.

【•••】

—¿Lo decapi... taste?

—Sí... creo que así se dice cuando le cortas la cabeza a alguien.

A Zhang se le fue el color de la piel.

—¿¡Por qué demonios hiciste eso!?— gritó exaltado.

—Me dijiste que podía hacer lo que quisiera con el.

—Sí, pero no decapitarlo.

—Jamás especificaste nada.— ZhangHao resopló en una crisis interna que no tenía solución.

—¿Pero qué tanta importancia tiene ese peluche?— interrogó TaeRae, sentado en el escritorio de Junhyeon mientras comía un poco de helado que el nombrado sirvió para ambos antes de que ZhangHao llegara a la casa Kum desesperado.

—Ese peluche ayuda a Hanbin.

—¿Y no pensaste eso antes de dármelo?— el castaño claro se cruzó de brazos.

—¡Te juro que no sabía que lo ayudaba a dormir!

—¿Pueden explicarme que sucede?— intrigó TaeRae otra vez.

—Tu hermano quiso deshacerse del peluche de Hanbin hyung porque estaba celoso de esa cosa de felpa y me lo dio a mi.— explicó Junhyeon.

—Aaah, ¿ese peluche que decapitaste para sacarle el relleno y hacer el proyecto de ciencias?— ZhangHao abrió sus ojos grandemente a las palabras de TaeRae.

—¿Le quitaste el relleno?

—Sí, lo hice.— contestó como si fuese lo más casual del mundo.

Hao suspiró con fuerza, agarrando su cabeza entre sus manos.

—¡Demonios, Kum Junhyeon!

【•••】

¡Gracias por leer!