Capitulo 2

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Luego de tanto cuestionarse, decidió ir a la pizzeria hoy a la noche

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Luego de tanto cuestionarse, decidió ir a la pizzeria hoy a la noche. Así que se preparó todo el día. Compró ropa negra, un gorro de invierno y una linterna.

Estaba tan ansiosa. Ya quería que aparezca la luna así salir apurada como si de un niño se tratase. Entonces a penas oscureció, se puso la ropa y salió lista para hacer el reto.

Caminó algunas largas cuadras, sabía donde estaba el lugar pues sus amigos le dieron la dirección.

Sinceramente le daba más miedo caminar sola a estas horas de la noche que estar en un lugar abandonado. Así que se apuró un poco.

Cuando llegó se confundió. Las luces estaban prendidas y afuera había un vehículo estacionado color negro.

—¿No estaba abandonado? Mierda...— murmuró. Ahora tenía más miedo. ¿Y si era el asesino?

Tenía que comprobarlo.

Se dirigió a la puerta y prendió la cámara. Su mano empujó y entró, al parecer si era cierto que había alguien. Quizá no estaba abandonado del todo.

Quizá sus amigos estaban haciéndole una broma para que los 100 dólares no valga mucho por su reto.

Cerró despacio y decidió no preguntar si había alguien. Era solo una miradita y se iba. Caminó justamente cuando la luz parpadeó y alzó la mirada encontrándose con un BIENVENIDO para pasar a la sala del comedor.

Entró lentamente y prendió la linterna ya que a pesar de que las luces estaban prendidas no daban suficiente enfoque al lugar por lo antiguas que eran. Comenzó a enfocar con su cámara y linterna. Habían papeles con dibujos de niños, en uno de ellos había un conejo amarillo que tomaba de las manos a los infantes. Parecían felices.

Luego observó la foto de un oso marrón con un sombrero negro y después un gran telón rojo. Se acercó con lentitud hasta llegar y correr un poco la tela. Allí se sobresaltó al ver a un pollo mujer, en su mano tenía un cupcake y su vestimenta era de cocina.

Lo enfocó con la cámara.

Se separó y fue hacia otro telón pero más pequeño color púrpura. Se acercó y agarró el telón para ver. Vió un zorro pirata, y lo decía porque tenía un parche en su ojo y un garfio.

Suspiró.

—¿¡Quién eres tú!?— la voz masculina hizo sobresaltarla. Tiró la linterna al suelo para levantar sus manos demostrando inocencia.

—¡Lo siento! Pensé que estaba abandonado este lugar.— se disculpó y el hombre, que pensó que era un ladrón, se sorprendió por la voz.

—¿Eres una chica? O puedo decir... ¿una ladrona?— acusó.

—¿Eres el asesino?— soltó sin querer.

—¿Qué?— se confundió.— Soy el guardia de seguridad.

𝗧𝗛𝗘 𝗟𝗜𝗩𝗜𝗡𝗚 𝗧𝗢𝗠𝗕𝗦𝗧𝗢𝗡𝗘 ━━ 𝗺𝗶𝗸𝗲 𝘀𝗰𝗵𝗺𝗶𝗱𝘁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora