The Cradle of Olympus -HIATUS-

Capítulo 13

Nota de los autores: No tengo nada que decir en este a/n. Oh espera, lo hago. Ser un idiota no puso la traducción real a esa audaz oración griega. Pero ahora está ahí, así que si te lo perdiste, ve a verlo.

Capítulo 13: Las cosas suceden, ¿qué más hay de nuevo? Perseo, ¡mejor ten cuidado!

Kylotes, la mano derecha del propio Tártaro, no estaba teniendo un gran día. El cíclope fue convocado hasta las puertas de la muerte, preguntándose por qué su maestro había pasado tanto tiempo allí. No ayudó que el ejército del pozo se sintiera bastante inquieto, al igual que los otros monstruos principales que residían como Typhon. No había habido ataques a gran escala contra el Olimpo desde hace bastante tiempo, el último fue de la guerra contra los titanes hace casi cuatrocientos años. Ya era hora de que los dioses insignificantes fueran derribados una o dos clavijas, pensaron.

Tan pronto como Kylotes llegó al cañón donde se guardaban las puertas, fue recibido por una extraña vista. Grandes estructuras como tentáculos salían del cielo brumoso (no realmente un cielo en primer lugar) y todos parecían estar conectados a algo. En una inspección más cercana, parecía frijoles ovalados translúcidos, con un extraño líquido gris dentro, pero tampoco había nada más. Parecía haber al menos una docena de ellos, y también estaban conectados por otro conjunto de grandes estructuras de tentáculos que venían del suelo del Tártaro. Algunos de ellos no tenían los frijoles ovalados conectados a ellos también.

"Impresionantes, no son ellos." Una voz retumbante profunda habló detrás de Kylotes, haciéndolo saltar. Detrás de él estaba el Tártaro, usando nada más que un taparrabos y sonriendo como un loco.

"Debo decir que era escéptico sobre esto. Pero después de ver los frutos de nuestro trabajo en la carne, diré que definitivamente valió la pena. Las ventajas también fueron increíbles." dijo el señor del pozo.

"Es maravilloso escuchar a Milord." Kylotes dijo, el nerviosismo latía en su voz. "Pero no entiendo por qué me llamaste aquí en primer lugar. Dudo que haya algo que hacer aquí."

"Oh, pero lo hay, amigo mío. Muy pronto, estas vainas estarán ocupadas y necesito que las cuides una vez que eso suceda. Aunque puedo prohibir este lugar a los monstruos, hay algunos fuera de mi jurisdicción y no queremos que ocurra ningún tipo de accidente ahora, ¿verdad? Es por eso que te estoy asignando este trabajo en primer lugar. Y no tienes que estar aquí todo el tiempo. Siempre puedes volver al palacio los fines de semana, sin mencionar que hay muchos dragones por aquí. Las piezas agrícolas nunca han sido tan fáciles, ¿estoy en lo cierto?" Tártaro respondió, una sonrisa malévola en su rostro.

Kylotes tragado. "Eso es cierto Milord, bastante cierto. Entonces, ¿cuándo comenzaré este nuevo trabajo?"

"En unas semanas, se le notificará lo antes posible. Y hablando de drakons..." Tártaro dijo mientras daba un silbato de división de oídos. En cuestión de momentos, apareció un drakon, sus ojos amarillos y enfermizos aburrían a su maestro mientras dejaba escapar un gruñido bajo.

"Parece que los sabuesos no son suficientes para eso cosa. Especialmente cuando los encuentro en mi reino días después, regenerándome y no con mi premio. Parece que tendría que mejorar mi juego si alguna vez tuviera éxito."

"Ahora conoces su aroma. Tráemelo vivo, y si es posible, muerto. Pero estar vivo está bien, así que lo que sea posible." Tártaro le dijo al drakon, sosteniéndolo por su cabeza. Luego lo dejó ir y el drakon cargó hacia adelante, dirigiéndose a las puertas de la muerte.

"Milord ... si puedo. ¿Qué tan peligroso es esta cosa que estás cazando activamente? ¿Será una amenaza para nosotros o..." Kylotes preguntó.

Tártaro solo miró a lo lejos mientras soltaba un fuerte suspiro. "Digamos que si se confirma que mis miedos son ciertos, entonces quiero eso eliminado lo antes posible. Sinceramente, no puedo arriesgar esto, aunque ni siquiera estoy seguro de cuánto me arriesgaré. Pero tendré mi premio, mi conquista cumplida. Lo que sea necesario.