The Cradle of Olympus -HIATUS-

Capítulo 50

¡Nota de Autores: BWAHAHAHA! Apuesto a que no esperaban una actualización tan temprana, ¡pero lo hice! Maldición, es genial volver y escribir así otra vez. ¡Pero suficiente de mí... sigamos con la historia!

¡Capítulo 50: Está lloviendo hombres!

"Ahora, ¿por qué los cazadores acamparían aquí en todos los lugares?!" Afrodita se quejó mientras pisaba con cautela un pedazo de barro.

"Porque este es un buen lugar habitable para estar." Respondió Zoë, saltando de un lugar a otro. "No solemos quedarnos en lugares como estos de todos modos, por lo que será un buen desafío para nosotros los cazadores."

Afrodita murmuró algo incomprensible mientras Thalia seguía lentamente hacia atrás, mirando periódicamente hacia atrás. Estaba agarrando su bote de maza con fuerza, una ligera mirada de preocupación en su rostro.

"No te quedes atrás ahora niño!" Zoë llamó. "Es imperativo que nos encontremos con los cazadores pronto."

"Ven!" Thalia gritó, casi resbalando en un parche mojado mientras su mente vagaba ligeramente. A decir verdad, estaba un poco preocupada por la cabra. Porque si bien su presencia no parecía molestar a Thalia, ciertamente lo hizo por Percy. Él sabía algo al respecto, pero le diría al respecto si ella lo mencionara de nuevo. ¿O cepillarlo para más tarde? Ella esperaba que él no hiciera eso; ella realmente no quería ningún secreto entre ellos al menos.

El trío continuó caminando por un tiempo, el aire se llenó con el bajo zumbido de los insectos, el crujido de las hojas y los palos debajo de los zapatos, y los continuos aerosoles de perfume aplicados en todas partes por Afrodita. Murmuró algo mientras su ropa brillaba, que luego fueron reemplazadas por ropa casual, perfecta para senderos. Zoë asintió ligeramente con la aprobación y luego comenzó a trepar por un árbol, solo para descender unos momentos después.

"Estamos cerca." Ella respondió, guiándolos a un matorral, que parecía que estaba cubierto recientemente. Zoë silbó una melodía, que luego le fue silbada desde la distancia. Zoë les pidió que se detuvieran.

"Ahora, esto es principalmente para ti, ya que esta será tu primera vez." Zoë le dijo a Thalia. "Pero quédate cerca de mí por el momento. No te alejes ni intentes interactuar con los perros de caza de Artemisa. Si bien son en su mayoría mansos, realmente no se llevan amablemente a los extraños. Y tampoco te preocupes por los cazadores, estarán bien con que seas pequeña y una mujer."

"Y tú", dijo Zoé a Afrodita, que solo levantó una ceja en respuesta, como si la desafiara a hablar.

Zoë la miró y luego se volvió, moviéndose hacia el follaje e inmediatamente desapareciendo. Thalia escuchó y miró a Afrodita, quien simplemente asintió con la cabeza hacia adelante. Thalia endureció sus nervios y luego dio un paso adelante. Luego fue recibida inmediatamente por el tenue aroma de la canela y la vista de unas diez chicas corriendo, colocando carpas y una lona. La ubicación estaba al lado de un arroyo poco profundo, pero con suficiente espacio amplio para deambular. Dondequiera que se instalara una tienda de campaña, había un perro bastante grande merodeando, sus ojos brillantes deambulando como si estuviera buscando algo. En el centro, Zoë estaba hablando con un par de chicas jóvenes que parecían estar cerca en su adolescencia. La más grande de las dos era una niña con cabello de jengibre y una expresión fruncida que parecía natural. Parecía ser construida como una luchadora.La segunda niña era bastante más pequeña en comparación, con cabello rubio claro y una expresión pensativa en su rostro.

"Así que no sabes dónde está?" preguntó la chica de jengibre.

"Ella desapareció inmediatamente después de que mi adversario se fue, Phoebe." Zoë respondió. "Si bien podría saber la razón, no planeo compartir nada hasta que Milady lo diga. Y tengo la sensación de que ella será quien lo diga."